Elecciones vascas

El "modelo alavés" del que tanto habla Otegi o por qué Bildu se la juega en Álava

El sistema electoral vasco provoca que un escaño sea más "barato" en votos en Álava que en las otras dos provincias

Vitoria es el símbolo del poder territorial, donde se encuentran las instituciones vascas que el PNV gobierna desde hace décadas

Pello Otxandiano junto a Arnaldo Otegi en el arranque de campaña en Vitoria.

Pello Otxandiano junto a Arnaldo Otegi en el arranque de campaña en Vitoria. / EFE

Elena Marín

"Justicia poética". Así definía Arnaldo Otegi en el arranque de campaña que la pugna más reñida entre los dos partidos nacionalistas vascos se esté produciendo en Álava y que pueda decantarse del lado de EH Bildu. Esta es la provincia que, según las distintas encuestas publicadas, marcará el resultado final de las elecciones del próximo 21 de abril en el País Vasco. Un terreno que históricamente ha sido más hostil a la izquierda abertzale, aunque hace tiempo que el equipo de Otegi estampó su techo en esta región.

Prueba de la importancia de este territorio, y en concreto de su capital Vitoria, es que ambos partidos arrancaron aquí la noche electoral y los dos hicieron hincapié en lo que se juegan aquí. Ni es casual ni es banal la batalla por esta provincia. Por eso los actos de ambos partidos se van a repetir con intensidad en este territorio en los próximos 15 días.

En EH Bildu intentan vestir este posible éxito en Álava, donde la mayor parte del voto se concentra en la capital, en su saber hacer y en esa "paciencia estratégica" de la que hablan tanto Otegi como el candidato Pello Otxandiano. El "modelo alavés" que tanto menciona el dirigente abertzale hace referencia a su estrategia política, la que han aplicado ya en varias ocasiones en Vitoria y alrededores y repiten en el Congreso de los Diputados desde que gobierna Pedro Sánchez.

Carta de presentación de Bildu

El objetivo es presentarse como el partido que cede y regala su votos a cambio de nada si con eso se consigue expulsar a la derecha de las instituciones. Es lo que hicieron en 2016 con la alcaldía de Vitoria, donde para quitar el bastón de mando al popular Javier Maroto dieron sus votos al PNV, aunque después el alcalde jeltzale, Gorka Urtaran, prefirió gobernar con el apoyo del PSE. Ahí se empezó a hablar del "modelo alavés". La misma línea que siguieron desde el minuto cero de la noche electoral del 23 de julio, cuando ofrecieron sus votos a Sánchez sin contraprestaciones conocidas y sin saber aún qué ocurriría después. Es lo que ocurrió en Pamplona en las últimas elecciones autonómicas, donde los de Bildu facilitaron el gobierno foral de la socialista María Chivite aunque el PSN les negara de entrada la alcaldía, algo que recondujeron el pasado mes de diciembre facilitando una moción de censura en favor de Joseba Asirón. Y tampoco les ha importado este último invierno aprobar los presupuestos a la alcaldesa socialista de Vitoria, Maider Etxebarria, aunque ella prefirió pactar con el PP su investidura.

Bildu alimenta con este molde una imagen de partido de gobierno. Pero en el PNV tratan de ahuyentar esa idea del imaginario colectivo. Todo es "cálculo electoral", insisten desde las filas jeltzales. Son "falsas promesas", siempre han estado "a la contra" cuando se les necesitaba y se esconden detrás de los distintos conflictos laborales, les recrimina el lehendakari saliente, Iñigo Urkullu, mientras el candidato, Imanol Pradales, proclama que el futuro no está garantizado con ellos en las instituciones. Su modelo alavés, vienen a decir, no es de fiar.

Imanol Zubero, doctor en Sociología por la Universidad del País Vasco, reconoce que Bildu está logrando construirse una imagen de partido colaborador, que "aporta a la gobernabilidad sin hacer política partidista". Pero inmediatamente matiza, en línea con lo que se oye del otro lado de la barrera nacionalista: "Sería bonito si fuera consistente, algo más allá de lo táctico", pero es obvio que todo es "cálculo electoral, como cualquiera que se presenta a unas elecciones".

Sistema electoral vasco

Lo cierto, recuerda este experto, es que si la balanza se decanta finalmente por Bildu en Álava no será por su mejor imagen, sino porque el sistema electoral vasco premia en esta provincia a quien logra sacar un poco la cabeza: cada uno de los tres territorios tiene el mismo número de diputados, 25, a pesar de que la población y el censo electoral sean muy dispares. Vizcaya cuadruplica el número de electores de Álava, sin embargo el número de parlamentarios es el mismo, de forma que es mucho más "barato" sacar un escaño. Algo similar ocurre con Guipúzcoa.

Por tanto, a nada que EH Bildu mejore un poco el número de votos o el PNV empeore, la traducción en escaños puede ser mucho más notable. En estos momentos, el PNV tiene 9 y Bildu 6. La encuesta del CIS no especificaba la mejora por territorios, pero la de la radiotelevisión vasca (EITB) de hace unos días sí, e invertía los resultados: otorgaba 8-9 a Bildu y 7-8 al PNV. De modo que no es tanto "el proyecto en sí", resume Zubero, sino que todo tiene "más de aritmético que de ético".

Valor simbólico

Vitoria representa además el poder territorial. Aquí están el parlamento vasco y la sede del gobierno vasco. Si estas elecciones van de jugarse lo que funciona o no en Euskadi, la plaza de la capital alavesa resulta especilmente simbólica. Para EH Bildu ganar en Vitoria no es solo quedar por encima en número, supone dar un golpe al PNV y al poder institucional que lleva décadas ostentando. Este ha sido durante mucho tiempo un territorio "impenetrable" para los abertzales y ahora, en cambio, proclaman que ganarán "como en Guipúzcoa", provincia que siempre les ha sido más afín y donde lo previsible es que arrasen el 21 de abril.

De ahí que Andoni Ortuzar pida a los suyos salir a la calle y conseguir convencer "cada día a un indeciso", porque en Álava muy pocos pueden marcar la diferencia. Y aunque en esta cita electoral, de producirse el sorpasso, no se traduzca finalmente en que Bildu llegue al Gobierno, será un paso muy importante que intentarán explotar a futuro.