El campus deportivo que organizó el pasado mes de junio en Zaragoza la Fundación Ser Más, entidad de Plena inclusión Aragón, es para Plena inclusión España un ejemplo de cómo deberían ser los campamentos y colonias urbanas de verano. Esto es, un espacio de ocio inclusivo, en el que niños y jóvenes con y sin discapacidad conviven y se divierten juntos y en igualdad de condiciones. Sin embargo, este caso es la excepción, y no la norma, en este tipo de actividades para la conciliación familiar que suelen organizarse cada verano en nuestro país.

Plena inclusión España denuncia los continuos casos de discriminación de niñas y niños con discapacidad intelectual o del desarrollo en campamentos de verano y propone requisitos para que sean más inclusivos. La mayoría de las colonias estivales no están adaptadas para ellos, y esto conlleva su continua exclusión de las mismas. Ello les obliga a pasar el verano en actividades privadas –aquellos cuyas familias pueden pagarlas– u organizadas por asociaciones de discapacidad, o bien en sus casas, con el sobrecoste económico y de esfuerzo que esto supone para sus familias.

Las quejas de las familias no paran de llegar a las organizaciones. «Cada verano es el mismo agobio: me veo encerrada en casa con un niño», protesta Estrella Perera, madre de un niño apoyado por Plena inclusión Villafranca de los Barros. Desde Granada, otra madre lamenta que, «tras decirme que sí, y pedirme más dinero porque mi hijo tenía TEA», el día de antes de empezar en la escuela le comunicaron «que no le cogían, que no era asumible para la monitora». Estos casos vulneran el derecho a la participación en actividades recreativas que recoge el artículo 30 de la Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Plena inclusión pide que todos los campamentos, públicos y privados, sean inclusivos y accesibles, y no supongan un sobrecoste para las familias. La contratación de personal, que ha de recibir la formación adecuada, debe ser suficiente e inclusiva.

La asociación ha recibido quejas por campamentos que no admiten a menores que estudian en colegios de Educación Especial. Por eso, propone cambiar normas claramente discriminatorias como esta, ampliar el rango de edad de campamentos, recabar datos sobre casos de discriminación y poner en marcha medidas para su prevención y un sistema de denuncia y penalización para las actividades que vulneren los derechos. También sugiere crear una web de buenas prácticas y facilitar información a familias sobre actividades inclusivas.