Al menos cuatro soldados israelís murieron y tres resultaron heridos al hacer explosión un artefacto colocado bajo un tanque Merkava 3 del Ejército israelí al norte de la Franja de Gaza, en un acto de sabotaje del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas). La explosión tuvo lugar cerca de la localidad de Beit Lahia, próxima al asentamiento judío de Dogit.

Un experto militar explicó a la agencia Efe que los palestinos, que carecen de granadas antitanque, han encontrado el talón de Aquiles del tanque Merkava 3, uno de los más potentes y sofisticados del mundo. El depósito de pólvora del tanque se encuentra sobre el depósito de combustible, ambos incomunicados. Los palestinos excavan un hoyo en la tierra e introducen una carga explosiva que tapan con una lona y la disimulan con arena. Cuando el tanque pasa sobre la tela y roza el explosivo, éste no rompe el blindaje del tanque, pero calienta la zona donde se encuentra el combustible y es éste el que provoca la deflagración.

Las Brigadas de Azedin al Kasam, brazo armado de Hamas, se responsabilizaron del ataque, en venganza por la muerte de dos dirigentes de su grupo.

El jeque Ahmed Yasín y el portavoz del movimiento, Abdelaziz Rantisi, tras una reunión celebrada ayer en el campo de refugiados de Yabalia (Gaza) informaron de que Hamas está dispuesto a no lanzar más misiles Kasam contra objetivos israelís si Israel deja de atacar ciudades palestinas.