Horas después de que el presidente de EEUU, George Bush, tratara de levantar el ánimo de sus tropas en Irak con una visita sorpresa a Bagdad, las fuerzas ocupantes sufrieron una nueva baja mortal. Un soldado de la 101 División Aerotransportada perdió la vida en Mosul, donde la resistencia lanzó cuatro obuses de mortero contra la principal base militar estadounidense en la ciudad. Un iraquí resultó levemente herido.

Esta nueva víctima eleva a 185 el número de militares estadounidenses fallecidos en acción en Irak desde el 1 de mayo, cuando Bush proclamó el fin de las operaciones militares de envergadura. Mosul, una ciudad hasta hace poco relativamente tranquila, ha experimentado en las últimas semanas un incremento de los ataques de los insurgentes.

PROTESTA CONTRA EL TERRORISMO Como contrapunto, el centro de Bagdad fue ayer por primera vez escenario de una manifestación contra el terrorismo, que se desarrolló en medio de grandes medidas de seguridad. Varios centenares de personas, procedentes de distintas provincias del país, participaron en la marcha, que estuvo encabezada por los padres de dos de los policías iraquís fallecidos en los atentados del sábado pasado contra las comisarías de Baquba y Jan Bani Saad, localidades situadas al norte de Bagdad.

En el plano político, la situación ha dado un giro después de que esta misma semana el ayatolá Alí Sistani --el clérigo shií más influyente del país-- criticara abiertamente el plan acordado el pasado 15 de noviembre entre la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) que dirige el virrey estadounidense, Paul Bremer, y el Consejo de Gobierno interino iraquí.

PESO DEMOGRAFICO En un claro intento de hacer valer el peso demográfico de la comunidad shií, que representa el 60% de la población iraquí, Sistani reclamó que la Asamblea Nacional transitoria que debe constituirse en mayo para nombrar a un Gobierno provisional en junio --fecha en que se efectuaría el traspaso de poderes de la coalición a los dirigentes iraquís-- sea elegida por sufragio universal y no designada por los notables de las 18 provincias del país como prevé el citado plan. El ayatolá se quejó también de que el proyecto no mencione al islam.

El jueves, tras mantener un encuentro con Sistani en la ciudad de Nayaf, el presidente de turno del Consejo interino, el kurdo Jalal Talabani, dijo que el acuerdo será modificado para acomodar las demandas shiís, aunque no dio más detalles.

El Consejo interino tiene previsto discutir el sábado la propuesta de Sistani, y las conversaciones con el equipo de Bremer ya han comenzado. Pero algunos miembros han puesto de manifiesto que la celebración de elecciones requeriría la elaboración de un nuevo censo y que esto requiere tiempo. Talabani ha rechazado la idea de que el censo se base en las cartillas de racionamiento distribuidas por el derrocado régimen de Sadam Husein, porque favorecían a la minoría suní.