Un día después del ataque coordinado de la insurgencia en cinco ciudades iraquís, las tropas de EEUU bombardearon de nuevo la ciudad de Faluya con la intención de acabar con un refugio de la red de Abú Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak, quien se atribuyó los atentados del jueves. Según un responsable militar estadounidense, entre 20 y 25 personas perdieron la vida en la operación.

Según informó ayer el diario The Washington Times, grupos de muyahidines extranjeros intentan imponer la ley islámica, prohibiendo las bebidas alcohólicas, la música y persiguiendo a los colaboracionistas.