A sólo dos días de su segundo debate con el candidato demócrata, John Kerry, el presidente de EEUU, George Bush, trató ayer de recuperarse del vapuleo sufrido en el primer duelo cara a cara entre ambos rivales, minando las posiciones de su adversario con la acusación de que será débil ante el terrorismo. "Su mentalidad defensiva es del 10 de septiembre", arremetió Bush, para recalcar que la situación creada por el 11-S exige posturas de fuerza como la suya. Kerry tiene "un historial de debilidad" en sus 20 años en el Senado, continuó Bush en un discurso en Pensilvania. Ahora "propone políticas y doctrinas que debilitarían a EEUU y harían más peligroso el mundo".

Los asesores de Kerry denunciaron la estrategia de miedo de Bush para recuperar posiciones en los sondeos, y calificaron sus ataques de signo de desesperación. En ello coinciden con algunos analistas, que detectan alarma en el bando republicano.