"Difícil". Así definió ayer el Ministerio de Exteriores español la reunión mantenida de madrugada entre Miguel Angel Moratinos y su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque. La dureza de las declaraciones realizadas la víspera por Zapatero, que exigió "cambios rápidos y profundos" al régimen, tornó en muy tenso el encuentro de los cancilleres. Pérez Roque ni siquiera agradeció a España que promueva en la UE la eliminación de la práctica de invitar a los disidentes cubanos a las fiestas diplomáticas.