La Gran Asamblea Nacional de Turquía aprobó ayer un paquete de reformas constitucionales entre las que destaca el cambio de sistema de elección parlamentaria del presidente de la República, que pasará a ser elegido en unas elecciones para un periodo de cinco años y que tendrá derecho a la renovación de un mandato. Las enmiendas constitucionales, que fueron apoyadas por el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado), incluyen también la reducción de las legislaturas de cinco a cuatro años y la disminución de dos tercios a un tercio de la cámara el número de diputados necesarios para el quórum.

Pero la aprobación de la reforma no significa su inmediata entrada en vigor, ya que le queda superar la firma del presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer, quien ya ha avisado que se opone a ella. Previsiblemente, Sezer vetará las leyes, devolviéndolas al Parlamento para su revisión, y este las volverá a aprobar. En ese caso, a Sezer no le quedará más remedio que convocar una consulta popular, aunque intentará forzar los plazos para frustrar los planes del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, de realizar el referendo sobre la reforma constitucional y las elecciones anticipadas el mismo día 22 de julio.

La próxima legislatura podría ver la formación de un grupo parlamentario kurdo gracias a la estrategia elegida por el Partido de la Sociedad Democrática (DTP). Los nacionalistas kurdos no han conseguido superar la barrera electoral del 10% en anteriores elecciones a pesar de ser mayoritarios en varias zonas del sureste de Turquía. Para superar este escollo, el DTP ha apostado por presentar a sus candidatos como independientes. De esta manera puede conseguir hasta 37 diputados.