Israelíes y palestinos amanecieron hoy bajo una tensa calma tras los masivos bombardeos a ambos lados de la frontera en las últimas horas, en la que ha sido la peor espiral de violencia en Gaza y el sur de Israel desde noviembre de 2012.

Fuentes militares israelíes informaron de que la pasada madrugada un cohete disparado desde la franja alcanzó el concejo regional de Eshkol sin causar daños ni víctimas, y que no se descarta que a lo largo de la jornada de hoy la violencia continúe.

"No estamos interesados en una escalada, ni creemos que Hamás o la Yihad Islámica lo estén, pero la situación puede deteriorarse", expresó una alta fuente del Gobierno israelí en declaraciones a la edición digital del diario Yediot Aharonot.

La espiral comenzó ayer por la tarde con el lanzamiento de decenas de cohetes desde Gaza por el brazo armado de la Yihad Islámica, según su portavoz, Abu Ahmed, en represalia por la muerte de tres de sus hombres en un choque armado con Israel el día anterior, en el sur de la franja.

Israel respondió inicialmente con dos ataques puntuales de su artillería, pero entrada la noche su Fuerza Aérea bombardeó una treintena de blancos en distintos puntos de Gaza.

Según fuentes oficiales palestinas, los cazas bombardearon campos de entrenamiento del grupo radical Yihad Islámica, que se había atribuido el lanzamiento de cohetes, situadas en el norte, centro y sur de la franja, sin que hasta el momento se haya informado de víctimas.

"Se confirmó que hubo impactos directos", manifestó un parte militar sin detallar la naturaleza específica ni la localización de los objetivos supuestamente alcanzados.

"Israel considera a Hamás responsable de todo lo que ocurre. La organización terrorista Hamás es la que ejerce la soberanía y la que debe responder por todo lo que ocurre", manifestó a Efe a un alto mando militar en la zona.

Sin embargo, Israel se ha abstenido por el momento de atacar directamente blancos de este movimiento, que había evacuado todas sus instalaciones de seguridad, con el fin de arrastrarlo a la espiral.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvo consultas con los altos mandos del Ejército hasta altas horas de la madrugada, a la espera de ver cómo evoluciona la situación.

Por el momento, distintas fuentes oficiales israelíes citadas hoy por los principales medios locales creen que la espiral se limitará "a uno o dos días", siempre pendiente de que Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, controle las acciones de la Yihad.

El grupo radical anunció ayer que hasta ahora ha disparado más de cien cohetes y proyectiles de morteros contra Israel, país que por su parte ha reducido a cifra de impactos a unos 60, cinco de los cuales cayeron en zonas pobladas.

Otros tres cohetes fueron interceptados por el escudo antimisiles Iron Dome (Cúpula de Hierro), según el último parte.

Desde Ramala, el presidente palestino, Mahmud Abás, exigió esta pasada madrugada "el fin de la escalada militar israelí contra la sitiada Gaza", según un escueto mensaje difundido por su portavoz, Nabil Abu Rudaina, a través de la agencia oficial Wafa.