Casi trece años después de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, Nueva York ya tiene por fin un Museo de la Memoria para recordar a la ciudad, al país y al resto del mundo las tragedias y lecciones de aquellos días, con la mente puesta en las 3.000 mil víctimas y los héroes que dieron su vida por ayudar. El presidente de EEUU, Barack Obama, será este jueves el encargado de dar por inaugurado el museo, situado en la 'Zona Cero' de los ataques.

"Con esta apertura cumplimos el compromiso que hicimos a los familiares de las víctimas, que nunca olvidaremos a los que perdimos ni las lecciones terribles que aprendimos ese día", ha asegurado el presidente del Memorial del 11-S, Michael Bloomberg, al presentar el museo que abrirá sus puertas al público el próximo 21 de mayo.

A lo largo de varias salas repartidas en más de 10.300 metros cuadrados de exposición, los visitantes encontrarán desde dos tridentes de acero que formaron parte de la estructura de la fachada de la Torre Norte hasta los restos de un camión de bomberos o el motor de uno de los ascensores de la Torre Sur.

Fotos, maquetas y objetos personales

Los dos sectores principales del museo se encuentran bajo las enormes piscinas que presiden el Memorial del 11S, donde se pueden ver fotografías, maquetas y objetos personales de las víctimas y del personal de los servicios de emergencia y rescate, en un escalofriante recorrido donde lo visual y lo sonoro tienen un papel fundamental.

Otro de los puntos centrales es una enorme sala donde se encuentra "la última columna", de 56 toneladas de peso y casi 11 metros de altura, retirada de la 'Zona Cero' en mayo del 2002 y que en las semanas posteriores fue cubierta de mensajes, fotos y otros recuerdos por el personal de rescate, los voluntarios y familiares.

También hay un espacio importante que repasa la historia en los años previos a los ataques, desde el primer atentado contra el World Trade Center en 1993 y el surgimiento de Al Qaeda, a sus posteriores consecuencias, en un intento de los responsables del Memorial de invitar a la gente a reflexionar sobre lo que significa el 11-S.

"El Museo de la Memoria ayudará a contar lo que no entendieron las personas que atentaron contra nosotros: los lazos que nos unen se fortalecen de manera extraordinaria cuando tenemos que afrontar este tipo de circunstancias inimaginables", ha subrayado el responsable del Memorial del 11-S, Joe Daniels.

Polémica con las familias

La apertura del museo no ha estado exenta de polémica ya que un grupo de familiares ha expresado su malestar por el traslado de los restos de sus seres queridos, que están ya en una sala privada en los sótanos del edificio a la que solo pueden acceder las familias y los expertos forenses que siguen trabajando en la identificación.

Todavía quedan por identificar 1.115 de las 2.753 personas que murieron aquel día tras el derrumbe de las Torres Gemelas, y de los cerca de 22.000 fragmentos humanos que se recuperaron en la 'Zona Cero' casi un tercio todavía no han sido cotejados, según los últimos datos de la Oficina del Forense de la ciudad.

El precio de la entrada al museo, 24 dólares, también es objeto de polémica. "Escriban a sus congresistas para que presionen para obtener más fondos federales", ha zanjado Bloomberg tras recordar que el Gobierno aprobó una partida de 250 millones de dólares y solo la seguridad del edificio cuesta al año 10 millones de dólares.