Conflicto en Oriente Próximo

Guterres, secretario general de la ONU: "Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños"

El secretario general de Naciones Unidas denuncia que “la pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria, es una crisis de la humanidad”

El secretario general de la ONU, António Guterres.

El secretario general de la ONU, António Guterres. / EFE

Idoya Noain

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha vuelto a usar este lunes palabras contundentes para describir la situación que se vive en Gaza y urgir a la necesidad de que se declare con urgencia un alto el fuego humanitario. “Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niños”, ha dicho el portugués, que también ha afirmado que “la pesadilla en Gaza es más que una crisis humanitaria, es una crisis de la humanidad”.

Guterres ha comparecido ante la prensa en la sede de la ONU en la víspera de que se cumpla un mes desde los ataques de Hamás en Israel y el inicio de la respuesta con una operación militar y de asedio. En algo menos de nueve minutos de intervención, tras la que no ha aceptado preguntas, ha hablado de “catástrofe”. Y ha asegurado que tanto “las partes del conflicto como la comunidad internacional enfrentan una responsabilidad inmediata y fundamental de detener el sufrimiento colectivo y expandir de forma dramática la ayuda humanitaria en Gaza”.

“Nadie está seguro”

El luso, a quienes los representantes israelís exigieron hace dos semanas la dimisión, ha denunciado de nuevo a Hamás por los “odiosos actos de terror” del 7 de octubre y el secuestro de rehenes, para los que ha pedido la liberación “incondicional y segura”. También por usar a civiles como escudos humanos y por seguir lanzando cohetes “indiscriminadamente” contra Israel. pero se ha centrado sobre todo en la grave situación de los palestinos.

Concretamente, Guterres ha señalado que “operaciones sobre el terreno de las Fuerzas de Defensa Israelíes y bombardeos continuos están golpeando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluyendo refugios”, ha recordado. “Nadie está seguro”.

El secretario general de la ONU también ha vuelto a mostrar su “profunda preocupación ante claras violaciones del derecho internacional humanitario” y ha recordado que “ninguna parte en el conflicto armado” está por encima de esas leyes de la guerra.

 Ha recordado, asimismo, que en este conflicto, en cuatro semanas, se ha matado a 89 trabajadores humanitarios de la organización, más que en ningún periodo comparable en la historia.

Fondos y hoja de ruta

Guterres ha anunciado el lanzamiento de una apelación para recaudar 1.200 millones de dólares para ayudar a los 2.7 millones de gazatíes de la Franja y al medio millón de palestinos en Cisjordania. Aunque ha destacado que algo de asistencia está entrando en Gaza a través del paso de Rafah, ha denunciado que “el goteo de ayuda no cubre el océano de necesidades”. Y ha subrayado además que es imperativo que la ayuda incluya combustible, algo a lo que se está negando Israel.

 También ha marcado Guterres un camino hacia adelante que, ha asegurado, “está claro”, y al ir enumerando cada paso necesario lo ha enfatizado con un urgente “ahora”. Esa vía pasa por el alto el fuego humanitario; el respeto al derecho internacional humanitario;, la liberación incondicional de rehenes en Gaza; la protección de hospitales civiles, instalaciones de la ONU, refugios y escuelas; la entrada “rápida y a la escala necesaria” de agua, alimentos, medicinas y combustible y la entrega sin restricciones de esa asistencia.; y el fin del uso de civiles como escudos humanos. “Ninguno de estos llamamientos debe ser condicional a los otros y para todos necesitamos más fondos”, ha dicho.

Guterres ha cerrado su intervención apelando a encontrar “una vía de escape de esta brutal, horrible y agonizante muerte y destrucción, acabar el sufrimiento y ayudar a pavimentar un camino a la paz, con una solución de dos estados con palestinos e israelís viviendo en paz y seguridad”.

Antes también ha señalado con “extrema preocupación” al incremento de la violencia y la expansión del conflicto en Cisjordania; ha alertado de los riesgos de una expansión por la región, señalando concretamente a una “espiral de escalada en Líbano, Siria, Irak y Yemen” y, llamando a que se mantengan “cabezas frías y esfuerzos diplomáticos” y a que acaben “retórica de odio y acciones de provocación”, ha hecho sonar las alarmas sobre el aumento del antisemitismo y la islamofobia. “Las emociones están en un punto álgido”, ha recordado.