Conflicto en Oriente Próximo

Netanyahu ordena a las tropas israelíes que se preparen para entrar en Rafah

En la ciudad fronteriza con Egipto, se hacina más de la mitad de la población del enclave

Campo de desplazados en Rafah.

Campo de desplazados en Rafah. / EFE

Andrea López-Tomàs

El Ejército israelí parece dispuesto a no dejar ni un rincón de la Franja de Gaza sin visitar. Su último destino es la ciudad de Rafah, en el extremo sur que hace frontera con Egipto. Allí, el millón y medio de población desplazada gazatí, sin ya ningún otro lugar al que escapar, pasa sus horas acongojada mientras, en Jerusalén, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ordena a sus fuerzas entrar a la última gran urbe que les queda por arrasar en el enclave. Durante la noche, los bombardeos aéreos han matado a 13 personas y, a lo largo del día, al menos 130 gazatíes han muerto en todo el enclave por los ataques hebreos, según el Ministerio de Sanidad del enclave. Después del rechazo israelí a su propuesta del alto el fuego, el líder de HamásIsmail Haniyeh, está este jueves en El Cairo para seguir con las negociaciones. 

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de las graves consecuencias que podría tener una invasión terrestre de Rafah: "Aumentaría exponencialmente lo que ya es una pesadilla humanitaria con consecuencias regionales incalculables". Rafah es el principal punto de entrada de la ayuda humanitaria y más de la mitad de la población de la Franja se ha desplazado hasta allí en busca de refugio, tal y como le había indicado el Ejército israelí, que lo consideró "zona segura". Egipto ya ha expresado que cualquier operación allí o desplazamiento masivo a través de la frontera socavaría su tratado de paz de cuatro décadas con Israel. Además, este jueves un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio ha confirmado que El Cairo está preocupado por la posibilidad de que los habitantes de Gaza asalten la frontera cuando las tropas israelíes amplíen sus operaciones en Rafah.

"Derramamiento de sangre"

Netanyahu anunció este miércoles en un discurso televisado que ha ordenado a los militares "prepararse para operar" allí y que la "victoria total" contra Hamás es cuestión de meses. "Una expansión de las hostilidades podría convertir a Rafah en una zona de derramamiento de sangre y destrucción de la que la gente no podrá escapar", ha denunciado Angelita Caredda, directora del Consejo Noruego para los Refugiados en la región. Casi nadie tiene permiso para salir de Gaza y, por eso, Rafah ha multiplicado por cinco su población en comparación a antes de la guerra. Allí, se concentran áreas de distribución de alimentos y agua que tendrían que detener sus servicios en un contexto de operación terrestre. 

La ciudadanía hacinada en Rafah mira con esperanza hacia las negociaciones que están teniendo lugar en El Cairo y que podrían detener las acciones de las tropas israelíes. Egipto urgió "a ambas partes mostrar la flexibilidad necesaria" para alcanzar un acuerdo, según un oficial anónimo. Este jueves, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sigue en Israel, donde se ha reunido con varios políticos y familiares de los rehenes, tras advertir el miércoles desde Tel Aviv que Israel no puede utilizar el 7 de octubre como "licencia para deshumanizar a otros". El Ministerio de Salud de Gaza ha elevado la cifra de muertos a 27.840 con el temor de que, si las tropas israelíes entran a Rafah, estos números rápidamente se multipliquen.