Conflicto en Oriente Próximo

Israel evacúa el Hospital Nasser de Jan Yunis mientras escala sus ataques contra el Líbano

Mientras la violencia se perpetúa en las fronteras del Estado hebreo, las conversaciones entre las partes implicadas para un alto el fuego y un intercambio de rehenes se encallan, despertando la ira de los familiares de los cautivos

Comlumnas de humo por bombardeoas de israel en la zona de Jan Yunis.

Comlumnas de humo por bombardeoas de israel en la zona de Jan Yunis. / EFE

Andrea López-Tomàs

En las fronteras de Israel, se perpetúa la violencia. Al norte, en su límite con el Líbano, los enfrentamientos entre la milicia Hizbulá y el Ejército hebreo han escalado hasta su máximo desde el inicio de la guerra. Tras el bombardeo contra una base militar israelí que ha matado a una soldado, la fuerza aérea israelí ha iniciado un extenso ataque en el interior del país de los cedros, que ha acabado con las vidas de una mujer, dos niños y un combatiente. En la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes han obligado a los pacientes y a las personas refugiadas en el hospital Nasser de Jan Yunis a evacuar el centro médico entre los disparos de los francotiradores. Mientras, en El Cairo, las conversaciones para un alto el fuego y un intercambio de rehenes entre las partes implicadas, mediadas por Qatar y Egipto, se encallan.

Israel parece empezar a hartarse. Sus tropas han atacado diversas localidades libanesas más allá del campo de batalla en el que se han desarrollado los enfrentamientos con la milicia chií Hizbulá en los últimos cuatro meses. Antes, los combatientes libaneses habían alcanzado un objetivo militar a 15 kilómetros de la frontera. Pese a tratarse de la mayor escalada desde que el 8 de octubre el grupo libanés intensificó su resistencia contra Israel con ataques diarios, sigue siendo una escalada controlada, centrada en objetivos militares de los dos bandos. Hizbulá ya ha expresado en repetidas ocasiones que no le interesa desencadenar una guerra abierta con Israel. Por su parte, los israelíes, centrados en la ofensiva militar en Gaza, tampoco quieren. Ataques como los de este miércoles permiten a Hizbulá seguir apoyando a su aliado Hamás y presionando a Israel para que detenga los ataques en el enclave palestino. 

Otro hospital evacuado

Más al sur de estas hostilidades, la población palestina ha vuelto a protagonizar imágenes estremecedoras. Al grito de “¡evacuad, animales!”, varios tanques israelíes rodeaban a los centenares de personas que huían del principal hospital de Jan Yunis, el Nasser, durante los mortíferos ataques de francotiradores ocurridos en las últimas semanas y este mismo miércoles. Las tropas han mandado a un preso palestino esposado al interior del hospital para pedir a los desplazados que se fueran. Varios testigos afirman que después ha sido ejecutado. El Ejército hebreo ha afirmado haber abierto “una ruta segura” para permitir que los civiles salieran del hospital, mientras permiten que pacientes y personal sanitario se queden dentro. Según Médicos sin Fronteras, hay 400 enfermos críticos en el centro médico, que ya se enfrenta a una grave escasez de personal y suministro médico. 

De acuerdo a una información de The New York Times, las negociaciones en El Cairo se han extendido tres días más. Durante esta semana, representantes de la CIA estadounidense, el Mossad israelí, las agencias de inteligencia egipcias y el primer ministro catarí se han reunido para intentar acordar un alto el fuego que permita devolver al centenar de rehenes israelíes que quedan en Gaza y detener la guerra que ya se ha cobrado 28.576 vidas palestinas. “Israel no ha recibido ninguna propuesta nueva de Hamás para la liberación de nuestros rehenes”, ha dicho un comunicado de la oficina del primer ministro, Binyamín Netanyahu, quién “insiste en que Israel no se someterá a las delirantes demandas de Hamás” que pedían el fin de la ofensiva. “Un cambio en sus posiciones permitirá avanzar en las negociaciones”, ha concluido, encallado aún más el diálogo ya que el grupo palestino ha prometido que no habrá liberaciones hasta que se detenga la ofensiva sobre Gaza. 

"Sentencia de muerte"

Las declaraciones del mandatario israelí no han sentado bien en casa. Los familiares de los rehenes han criticado la decisión de Netanyahu que ha ordenado a la delegación israelí no regresar a El Cairo este jueves, pese a que tenían el viaje previsto. “Significa una sentencia de muerte y el sacrificio consciente de 134 rehenes que se pudren en los túneles de Hamás”, ha dicho el Foro de Familiares de los Rehenes y los Desaparecidos en un comunicado. “Si el primer ministro y algunos miembros del gabinete piensan en abandonar a los rehenes hasta que mueran en agonía e indiferencia, se encontrarán con millones de israelíes que comprenden que mañana ellos y sus hijos serán abandonados nuevamente por las mismas personas”, han añadido prometiendo atrincherarse frente al cuartel general de la Defensa en Tel Aviv hasta que el gabinete y el equipo negociador se reúnan con ellos. 

Al otro lado de la Línea Verde, el presidente palestino, Mahmud Abás, ha pedido a Hamás que acelere el intercambio de rehenes por prisioneros con Israel para evitar al pueblo palestino una mayor “catástrofe”, según la agencia oficial palestina WAFA. También ha instado a Israel que se abstuviera de atacar la ciudad de Rafah, en el extremo sur del enclave, donde malviven hacinados 1,4 millones de palestinos desplazados de otros rincones del enclave. La diplomacia trata de evitar la tan anunciada incursión terrestre en esta localidad. El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha unido a la presión ejercida por Estados Unidos y Naciones Unidas. “Esto sólo podría conducir a una catástrofe humanitaria de nueva magnitud y al desplazamiento forzado de poblaciones”, ha dicho un comunicado de la oficina de Macron tras una llamada telefónica con Netanyahu.