Mezalocha conmemoró el pasado 13 de junio la festividad de San Antonio de Padua, por quien la localidad siente una especial devoción. A diferencia de otros años, los actos tuvieron que acomodarse a la situación actual. Así, la misa mayor, en la parroquial de San Miguel, se realizó con las limitaciones a 50 personas, al igual que el rosario que, por la tarde, tuvo lugar en la ermita del santo lisboeta.

La tradicional merienda en el parque a base de rosquillas del santo y vino dulce en el parque, se sustituyó por el reparto a todas las casas de los dulces bendecidos, por parte de la Asociaciòn de Mujeres ‘Aguila Real’, así como una botella de mistela o moscatel, a cargo del Ayuntamiento.

Celebración atípica, pero celebración a fin de cuentas, que hace que valoremos más y pensemos en una especial para el año próximo, año en que, sin duda, habremos dejado atrás tanta preocupación y desolación y, como de los momentos malos también hay que extraer cosas positivas, que en nosotros quede la solidaridad, unión y civismo con el que nos hemos comportado en estos duros meses y valoremos lo que tenemos aquí y, lo que es más importante, los que tenemos aquí. Seamos pueblo y avancemos juntos como pueblo. T