Bien, pero con matices. La mayoría de los visitantes realizó ayer un balance positivo de los servicios y la organización de la muestra, pero también reconocieron que la sociedad Expoagua aún tiene que esforzarse en mejorar determinados servicios. A pesar de que, tal y como destacó ayer el director de Operaciones y Contenidos de la Expo, Jerónimo Blasco, en las encuestas que realiza diariamente la organización se haya superado "siempre" la nota de ocho. La "escasez" de zonas de sombra o papeleras, la señalización para llegar al recinto o al párking, así como la "falta de preparación" de los voluntarios centraron las quejas de los ciudadanos que ayer paseaban por la muestra bajo un sol de justicia.

Quizá fueron las altas temperaturas registradas ayer las que calentaron el ánimo de muchos visitantes, que perseguían con ahínco las "pocas" sombras del recinto. "Tendrían que poner más porque si no aquí no se podrá estar en agosto", advirtió el valenciano José Jiménez, que también lamentó que no hubiera más papeleras en el recinto. Para aliviar el calor, la oscense Sara Alconchel proponía que se entregaran gorras en los accesos a Ranillas. "Así evitarían que a la gente le dé una insolación", comentó.

Otra de las protestas más recurrentes entre los visitantes fue la, en su opinión, "escasa" preparación de algunos de los voluntarios. "Se nota que muchos no están formados porque les preguntas y no saben muy bien qué decirte. En la Expo de Sevilla había más gente que te aconsejaba y te informaba de las cosas más interesantes", lamentó José Antonio García, que había venido desde Granada "para disfrutar de la Expo". "Aún no tienen mucha idea, pero es un problema de la organización porque no les ha formado lo suficiente", añadió el gallego José Díez.

Por otra parte, Díez criticó los accesos al párking sur al asegurar que está "muy mal señalizado". "Deberían hacer algo porque llegar es horrible", indicó Díez, que también lamentó "la falta de acabados en el pabellón puente".

En las cafeterías, pocas quejas más allá de las ya típicas en torno al vaso solidario. Mientras un francés lamentaba que "no lo advierten con claridad", las zaragozanas María Ángeles y Pilar aseguraban que era "un rollo lo del vasico". Junto a ellas, dos minusválidos decían que no habían tenido ningún problema con los accesos. Solo con el calor, "que aprieta bastante".