La crisis económica ha roto un monopolio: el que ejercían las mujeres inmigrantes en el mundo de la prostitución. Estos últimos años, según ha constatado el economista aragonés Rafael López Insausti, coautor de un libro sobre el mercado del sexo en Zaragoza, las españolas han vuelto a un oficio que habían ido dejando desde los años 90. "Habían desaparecido casi por completo, pero la recesión y el desempleo las ha empujado de nuevo", apunta López Insausti.