Que la crisis económica está generando efectos devastadores en todos los sectores de la población resulta cada vez más obvio. Contemplar las consecuencias que está teniendo en un derecho tan básico para la ciudadanía como es el acceso a una vivienda digna es aún más desolador. Resulta complicado obtener datos exactos de un fenómeno cada vez más extendido como es la ocupación de inmuebles vacíos por parte de familias que hasta hace poco vivían en sus propias casas, pero gracias a un informe elaborado por Cáritas sobre esta realidad en Aragón, del pasado mes de mayo, se puede comprobar como el número de familias que han decidido ser okupas para no dormir en la calle se ha incrementado de forma espectacular en solo dos años. Si en el 2008 eran 17 los casos que tenían controlados (el 0,5% de las 3.228 que atendían), el año pasado ya sumaban 159 ejemplos (el 5,3%).

Ejemplos como el reciente desahucio en el barrio zaragozano de Valdefierro son cada vez más frecuentes. Ahora se está estudiando regular por ley la fórmula de la dación en pago, que permitiría a las familias que no pueden hacer frente a una hipoteca saldar la deuda con el banco entregando el inmueble. Y se da en el mismo momento en el que los bancos que prestaron en su día esas hipotecas acumulan pisos y pisos vacíos que no pueden colocar porque las dificultades económicas siguen complicando el acceso a la vivienda. No hay tantos nuevos compradores para tanto piso vacío y en venta.

MENOS INTERVENCIONES Pero el incremento más espectacular, en este caso, se dio en el último año, ya que en el 2009 el número de casos era de 28, once más que el año anterior y ni siquiera llegaba al 1% del global (0,9%). También es verdad que el porcentaje ha aumentado también porque el total de familias atendidas ha disminuido a 2.976. Los recursos menguan para todos.

Pero en el análisis que hace el informe de esta situación, de la evolución del régimen de tenencia, también destaca otro apartado relacionado con cómo las familias en dificultades han acabado rediseñando su modelo vital. Este es el de las situaciones de realquiler: personas que han acabado en pisos ya alquilados a otras familias y que estas comparten a cambio de un módico precio y compartir gastos.

Una solución que ha llevado a que la ocupación de estos inmuebles arrendados se incremente, con más de un núcleo familiar y más de ocho personas conviviendo, compartiendo espacios comunes como la cocina y el baño. Así vivían en el 2008 un total de 305 familias (el 9,4% del total), pero en el 2009 ya eran 539 (16,7%) y en el 2010, 515 (el 17,3%). Casi se ha duplicado en solo dos años.

Sin embargo, la mayoría de familias atendidas siguen optando por el alquiler, que también ha aumentado en número, pasando de ser 1.354 (un 41,9%) en el 2008 a ser 1.546 (un 51,9%) en el 2010. En el 2009 eran aún más, con 1.750 casos (54,2%). En las cifras no aparecen detalles que sí se observan en el trabajo a pie de calle, como que muchas familias que se ven forzadas a abandonar su vivienda tras un desahucio, acaban en pisos de alquiler que se encuentran en unas condiciones muy precarias (casi de insalubridad en algunos casos) solo porque el precio que pueden pagar es muy bajo.

EN PROPIEDAD Mientras, progresivamente ha ido menguando el número de familias atendidas que siguen en una vivienda propia. En los casos en los que estas siguen pagando hipoteca, han pasado de ser 264 casos en el 2008 (un 8,2% del total) a las 242 del año pasado (un 8,1%), siendo el 2009 una curiosa excepción en la que se incrementó la cifra hasta llegar a las 350 (un 10,8%). Por otra parte, la cifra de quienes ya tienen el piso pagado se mantiene en 81 casos (un 2,7%), a pesar de que el año pasado fueron cuatro menos (77, un 2,4%).

Además, también han aumentado las familias que se han tenido que marchar a una vivienda prestada por familiares o amigos. Si en el 2008 el número de casos era de 160 (un 5%), dos años después fue de 202 (un 6,8%), una cifra casi idéntica a la del 2009.