Se oyó la voz de Aragón. Chesús Yuste saltó al estrado tomando el testigo de José Antonio Labordeta --ante el amplauso de la bancada de la izquierda--. Tres minutos para preguntar por lo pendiente en la comunidad: Travesía Central Pirenaica, Canfranc, Cercanías, desdoblamientos y por el empleo. Tampoco faltó el trasvase. El portavoz de CHA exigió a Mariano Rajoy que aclarase su posición respecto al trasvase. El futuro presidente no rechazó el proyecto, pero marcó como ejes de la política hidrológica la unidad de cuenca, la sostenibilidad y la solidaridad interterritorial. Rajoy se comprometió, sin embargo, con la Travesía Central Pirenaica, el Canfrán, la A-40 y las obras del Pacto del Agua.

Yuste intentó pasar a vuelapluma por los asuntos enquistados en la comunidad autónoma. Le recordó a Rajoy que la inversión pública del Estado ha caído en 70% en los últimos años y reclamó soluciones concretas para los 100.000 parados que tiene Aragón en estos momentos.

También le preguntó por la posibilidad de crear un nuevo plan específico para Teruel, si va a impulsar la autovía entre Cuenca y la capital turolense, si el Estado devolverá los 370 millones de euros pendientes en materia de mermas tributarias; si habrá cambios en las relaciones bilaterales o si se podrá desarrollar el Estatuto. El futuro presidente solo mostró su compromiso con el Canfranc, la TCP, con la A-40 y con las obras del Pacto del Agua. Y además anunció que habrá un plan específico para Teruel.

Pero sobre todo se centró en el trasvase. Anunció un pacto nacional entre todos los territorios, pero no dio más detalles. "A nosotros nos gusta mucho la unidad de cuenca porque frena el trasvase", dijo. Pero se preguntó qué significa el principio de solidaridad. Y, ante la ambigüedad de Rajoy, el diputado le advirtió que si impulsa el proyecto se opondrá Aragón.