La ubicación de los embalses de Yesa e Itoiz, y el bajo nivel de reservas que almacenaban como consecuencia de la sequía, permitieron laminar la avenida en la cuenca del Aragón y salvar al eje del Ebro de una catástrofe.

La crecida de este río tuvo sus crestas en los 659 metros cúbicos por segundo que alcanzó en Jaca la madrugada del sábado --la mayor posible para un periodo de cien años-- y los más de 1.000 que entraban en Yesa. Ese causal, junto con el de sus afluentes --superaban los 500-- habría generado en Sangüesa una riada de 2.200, superior por sí sola a la soportable en Zaragoza, y a la que faltaba por añadir las aportaciones del propio eje --pasó de 800 en Castejón-- y de cauces como el del Arba, que llegó a 270 en Tauste. El Ebro no alcanzó ayer en Zaragoza los 500 metros por segundo, aunque esta semana pasará de 800.

Otros embalses, como Mediano en el Cinca --su afluente el Ara pasó de 400--, también recibieron más de un millón de litros por segundo.

RESERVAS Ese comportamiento de los ríos ha hecho que en solo tres días, de la medianoche del jueves a las ocho de la tarde de ayer, los embalses que abastecen a los tres grandes sistemas de regadío --Aragón y Cataluña, Bardenas y Alto Aragón-- y a las principales poblaciones y focos industriales de la comunidad registraran un notable aumento de las reservas que seguirá creciendo a lo largo de la semana: 364 hectómetros distribuidos entre los 150 del Aragón, los 194 del Cinca-Gállego y los 20 del Ésera. El grueso del incremento se concentró en Yesa, que ganó 154 millones de metros cúbicos, y Mediano, que recogió 125.

La causa de las crecidas estuvo en un inusual fenómeno meteorológico, un sistema convectivo mesoescálico que provocó intensas lluvias en toda la comunidad.

En solo tres días han caído más de 200 litros por metro cuadrado en zonas de la cabecera del Gállego y el Aragón como Formigal, Panticosa y Candanchú; algo menos de esa cifra en áreas del nacimiento del Cinca como Lafortunada y Fiscal, y más de 120 en las cumbres del Ampriu --en el Ésera-- y en Uncastillo, Luesia y Biel, en la zona inicial de los Arbas.