La ola de frío se ha hecho notar en toda la península, salvo en Extramadura y Canarias. Lugares en donde es poco habitual ver nieve durante el invierno amanecieron ayer blancos. Barcelona, Bilbao, las playas de Castellón o las islas despertaron con una gran capa de nieve.

Castilla y León fue una de las regiones más afectadas con más de 200 camiones y turismos retenidos, más de 6.000 alumnos que no pudieron acudir a clase y más de cuarenta pueblos aislados por carretera. También el tráfico ferroviario se vio perjudicado, como sucedió en el tramo León-Puente de los Fierros, línea León-Gijón, suspendido mientras los técnicos de Adif continuaban trabajando en la limpieza de raíles, que acumulaban hasta 80 centímetros de nieve.

La desesperación hizo mella en numerosos conductores atrapados durante horas en las carreteras catalanas y a los que la Generalitat pidió "paciencia" después de que sus equipos de emergencia sufrieran una caída generalizada de los sistemas telemáticos, lo que contribuyó a incrementar el problema. La nieve llegó incluso a la capital catalana donde rara vez aparece y, más sorprendió a los vecinos de Lérida, donde no sufrían un temporal similar desde hace 14 años.

El temporal llegó con fuerza al País Vasco, donde la intensidad de las precipitaciones colapsó las carreteras, con cortes matutinos en la A-8 y la AP-68, lo que originó importantes retenciones, y obligó a cerrar varios centros educativos en Vizcaya. Bilbao amaneció cubierta por un manto blanco que complicó la circulación de vehículos por la ciudad y causó retrasos en las líneas del autobús urbano.

Incluso llegó al litoral mediterráneo, donde colegios de las comarcas de Els Ports y la Plana Alta (Castellón) y de L'Alacantí (Alicante) fueron cerrados. Además, las fuertes rachas de viento provocaron incidencias y destrozos materiales en Baleares, especialmente en Ibiza y Formentera.