Campaña electoral para el 12-M

Crónica política | Interconexión entre cuatribarradas: Aragón mira a las elecciones catalanas

Las elecciones de Cataluña del próximo 12 de mayo han sumado nuevas variables en los últimos días, entre las que destaca el 'impasse' de Pedro Sánchez

La comunidad aragonesa se mantiene a la espera, con varios frentes abiertos con el territorio vecino entre los que sobresale el trasvase, en un momento en el que las relaciones no son las mejores

El president de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, en una entrevista con EL PERIÓDICO.

El president de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, en una entrevista con EL PERIÓDICO. / EL PERIÓDICO

Alberto Arilla

Alberto Arilla

La cuenta atrás ha comenzado. El pasado viernes, el pistoletazo de salida de la campaña electoral volvió a situar a Cataluña en el primer plano de la política nacional. Un terreno en el que los intereses catalanes se mueven mejor que nadie, acostumbrados a copar las primeras planas desde que Artur Mas iniciase su cruzada por la independencia hace más de una década. Por delante esperan dos semanas, hasta el 12 de mayo, de muchos vaivenes. Emocionales y políticos.

Las encuestas no terminan de ponerse de acuerdo con sus predicciones, y ahora hay que incorporar en sus horquillas la variable Sánchez, que este lunes podría despejar o enraizar aún más las dudas en torno a la decisión que tome. Por el momento, el presidente del Gobierno central sigue deshojando una margarita que, salga 'sí' o salga 'no', ya ha cambiado el curso de los acontecimientos.

Pero, más allá de campañas, encuestas y decisiones tomadas en Madrid, hay un actor que sin duda estará muy pendiente de las papeletas que los catalanes depositen en las urnas el día 12: Aragón. Bien sabido es que los colores de sus respectivas cuatribarradas no son lo único que comparten ambas comunidades, tras varios meses en los que el trasvase del Ebro, ese río del que ambas beben, ha vuelto a la palestra. No es menos cierto que nada hace indicar que los partidos del espectro político catalán difieran demasiado en su posición respecto a este tema, del mismo modo que el PP aragonés, al menos de cara a la galería, se ha mostrado en rotundo desacuerdo con sus compañeros de partido, también en Cataluña, respecto al trasvase. Con todo, tres de sus diputados en el Congreso firmaron una PNL que dejaba abierta la puerta.

En cualquier caso, el agua es un tema espinoso que hace dos décadas logró unir a toda la comunidad aragonesa bajo un mismo lema, el 'no' rotundo. Una unidad que parecía inmutable hasta la irrupción de Vox en las sosegadas instituciones aragonesas, con una posición que era impensable en el tablero político hasta hace bien poco, pero que ya ha alcanzado la vicepresidencia de la DGA. Un 'sí' inexcusable... A no ser que el trasvase implique a Cataluña, como en la polémica propuesta del aún 'president' Pere Aragonès, momento en el que lo inexcusable se transforma en sobradamente excusado. Incluso en lo terminológico, un campo en el que la extrema derecha siempre ha acusado a la izquierda de 'viciar' una palabra, 'trasvase', que siempre han rechazado... Hasta que lo solicitó Cataluña.

La ministra Ribera y el presidente Azcón, en un encuentro hace unas semanas.

La ministra Ribera y el presidente Azcón, en un encuentro hace unas semanas. / EFE / BORJA SÁNCHEZ-TRILLO

En ese momento, la ya celebérrima 'interconexión' mostró su verdadera cara, la trasvasista, ahora rechazada por Vox. Lo que es innegable es que la interconexión ya existe entre Aragón y Cataluña, dos regiones criadas bajo la misma corona, la aragonesa, y que comparten cantidad de intereses más allá de los hidrológicos, de la misma forma que comparten raíces, más allá de la solemne cuatribarrada.

Cara y cruz

Conviene recordar en este punto cómo han ido las últimas negociaciones bilaterales a ambas orillas del río. La primera, bandera indiscutible de Javier Lambán, expresidente de Aragón y autoproclamado 'catalanofilo', versó sobre los bienes de Sijena. Una cuestión que no le costó pocos quebraderos de cabeza al ejeano, que logró traer de vuelta las obras histórico-artísticas, no sin trabas judiciales y a cuentagotas, desde 2017.

No fue igual de exitosa la negociación para ser sede conjunta de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, tras idas y venidas que culminaron con el abandono definitivo del proyecto el pasado año. En este caso, Aragón no revalidó su Corona y sufrió una derrota compartida con Cataluña, siendo 2023, por tanto, el ejemplo de que los litigios entre vecinos nunca son buenos acompañantes, con la moneda cayendo, en Sijena, cara para Aragón, y en los Juegos, cruz para todos.

Azcón, ‘non grato’

Pero el timonel de Aragón ya no es Lambán, sino un Jorge Azcón que ya ha tenido sus más y sus menos con sus convecinos en sus primeros meses en el Pignatelli, empezando por otra de las cuestiones que también unen a ambas comunidades, más allá del Ebro: la del idioma. Una polémica en torno al catalán y al 'fragatino' que derivó en su declaración como persona 'non grata' en el pueblo tarraconense de La Masó, y que se vivió prácticamente a la par de los cantos de sirena que llegaban desde el Priorat, también en Tarragona, pidiendo un minitrasvase.

Y, para más inri, el PSOE anunció esta semana que la ministra Ribera, cara visible en las negociaciones por el agua y también responsable de la transición justa en provincias como la turolense, encabezaría las listas europeas, dejando el ministerio ante las feroces críticas de presidentes autonómicos, empezando por Azcón.

Así las cosas, el próximo 12 de mayo Cataluña se juega su futuro a corto, medio y también largo plazo, en unas elecciones que repercutirán, resulte ganador el independentismo o no, en la política y en la vida aragonesa. Dos comunidades, regiones o naciones, según a quién se pregunte, unidas por mucho más que un río, una bandera o una lengua. 

Suscríbete para seguir leyendo