Pagar menos por la luz es posible. A pesar de la imparable escalada de precios que sufre la electricidad en España, los consumidores tienen a su alcance la posibilidad de aligerar su factura con cambios en la modalidad del contrato y aplicando medidas de ahorro energético. Así lo demuestra el programa Ni un hogar sin energía que desarrolla Ecología y Desarrollo (Ecodes), en el que han participado por ahora 480 familias aragonesas con riesgo de pobreza energética, que siguiendo las recomendaciones de esta organización han logrado un ahorro medio de 151 euros, es decir, en torno al 30% del coste total que tenían sus facturas. A nivel nacional, el proyecto ha alcanzado a 4.600 consumidores, de los que 1.480 fueron atendidos de manera presencial.

Los resultados de la iniciativa fueron presentados ayer por Cecilia Foronda, directora de Cambio Climático y Energía de Ecodes, en un seminario dedicado al nuevo consumidor de energía celebrado en el hotel Reino de Aragón de Zaragoza. El foro, que reunió a un centenar de profesionales del sector, estaba organizado por la Fundación Naturgy en colaboración con OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) y el Gobierno de Aragón.

«Gracias a este trabajo hemos podido ayudar a una gran cantidad de familias en Aragón y en España, muchos de ellas en situación de vulnerabilidad», se felicitó Foronda. «Los resultados obtenidos -detalló- en términos monetarios de los impactos sociales, ambientales y socioeconómicos están siendo muy positivos y son superiores a tres euros por cada euro invertido en este programa».

Potencia y bono social

El proyecto de Ecodes, que en el último año se ha llevado a cabo a nivel regional con el apoyo del Departamento de Ciudadanía y Servicios Sociales del Ejecutivo autonómico, parte de un diagnóstico energético de los hogares, teniendo en cuenta su situación socieconómica, los hábitos de consumo, el estado y el confort de la vivienda, el tipo de electrodomésticos o las condiciones del contrato eléctrico.

Una vez recabados estos datos, los expertos elaboran un informe de recomendaciones para abaratar los costes energéticos. Los consejos más comunes pasan por cambiar algunos conceptos de la contratación de este servicio básico -principalmente reducir la potencia o solicitar del bono social, así como aplicar hábitos de consumo más adecuados a su situación doméstica y medidas de «microeficiencia».

«Son cosas que se pueden hacer con poco dinero para mejorar la eficiencia energética de su hogar, lo que permite reducir la factura de luz y las emisiones de CO2», apuntó Foronda, quien hizo hincapié en el desconocimiento general de los consumidores acerca del mercado eléctrico.

«No entendemos nuestra factura y así es difícil tomar decisiones», añadió la directora. De hecho, el 80% de los participantes en la iniciativa Ni un hogar sin energía cumplían con las condiciones del bono social, pero solo el 20% de ellos estaban acogidos a esta ayuda. Y un 40% tenían una potencia superior a la que necesitaban. Por ello, uno de los objetivos del programa, recalcó, es trabajar en favor de la «alfabetización energética».