Daniel Pérez es el candidato al Gobierno de Aragón por Ciudadanos. Ha sido director de Onda Cero y delegado de Atresmedia en la comunidad. Tiene 53 años y es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Fue seleccionado por Ciudadanos para encabezar su candidatura dentro de su "proceso de captación de talento".

-¿Los buenos resultados de Ciudadanos en las elecciones generales son un impulso para las autonómicas?

-Salimos reforzados como la segunda fuerza política en Aragón. Está claro que somos la alternativa clara al Gobierno de Aragón. Somos la única opción tangible, viable y plausible para un relevo en el Gobierno de Aragón. Los datos son objetivos. Ciudadanos es el referente en el voto útil y eficaz para conseguir el cambio en el Pignatelli.

-¿Qué cambio propone Ciudadanos para la gestión política en Aragón?

-No es una cuestión de cambio radical. Lo primero será analizar cuál es el mandato de las urnas. En ese sentido, estamos preparados y con ganas para liderar un proyecto de cambio. Y este proyecto pasa por la regeneración de la vida política, por los grandes cambios que la comunidad necesita, por la modernización, por la apuesta decidida por el siglo XXI. También es necesario abrir ventanas en el palacio del Pignatelli. Es necesario que entre aire fresco y poner el punto final a 22 años de bipartidismo, tanto del PP como del PSOE.

-¿La política impositiva es uno de los principales aspectos a reformar?

-Nosotros ya hemos dicho que venimos a bajar impuestos. En un lenguaje claro y sencillo nosotros defendemos que la política fiscal es necesaria para atender los gastos sociales, pero no debería salir del bolsillo de los contribuyentes ni un euro más de los estrictamente necesarios para hacer frente a esos gastos. El dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos. A partir de ahí lo que vamos a hacer es garantizar el Estado del bienestar, pero no el bienestar del Estado.

-Sin embargo, en Aragón, a causa de la falta de población, todos los servicios son más caros que en otros territorios.

-Por eso nosotros no hablamos de revolución fiscal como plantean otras formaciones. Nosotros hablamos de evolución fiscal. Hace falta un ajuste a las necesidades reales. Nosotros no vamos a poner en riesgo el Estado del bienestar ni el gasto social que tiene que ver con la sanidad, la educación o la dependencia. Lo que sí que nos planteamos es la reducción del gasto político, el basado en las empresas públicas, en las duplicidades administrativas o en los despachos. Vamos a crear una administración más eficiente. Lo importante es optimizar los pocos recursos de los que disponemos y hacer una política basada en prioridades. Así es como se gestionan las empresas y las familias.

-¿La fusión de municipios como se ha propuesto es una forma de reducir estos gastos?

-Este es un enunciado que se usa de forma descarada con objetivos electorales. Nosotros siempre decimos que lo que priman son las personas y los servicios que necesitan. A partir de ahí tenemos que buscar la eficiencia. Nosotros estamos plenamente convencidos de que no hacen falta estas macroestructuras que son las comarcas en las que el 70% del gasto se va en personal y en mantenimiento de las sedes. O las diputaciones provinciales que se han convertido en agencias de colocación para el partido de turno. Lo que hacen falta son adminsitraciones ágiles. Y eso no significa que Villarriba se fusione con Villabajo para crear Villaenmedio. No se trata de eso. Cada municipio tiene que mantener sus señas de identidad. Otra cosas es que busquemos que tengan los mejores servicios, y para eso hacen falta políticas razonables. Es un planteamiento que cualquiera puede entender.

-A Ciudadanos se le acusa de ambigüedad ante los trasvases por dejar la decisión en manos de los técnicos. ¿Mantienen este planteamiento?

-Este es otro ataque electoral que a mí me duele especialmente. No quiero que el agua sea un motivo de enfrentamiento entre españoles o entre aragoneses. Cuando se habla del trasvase salvaje que proponía el PP está claro que es un no. Y lo diré donde haga falta: no al trasvase. Eso era una obra megalómana, con unos costes técnicos, políticos y ambientales que lo hacen inasumible. Pero eso no significa que no se pueda activar un nuevo pacto nacional del agua. Vamos a hablar con criterios rigurosos para hacer la planificación del uso del agua entendiendo que España tiene que ser una cuenca única. Eso nos permitirá activa obras técnicamente viables y medioambientalmente sostenibles que respeten los caudales ecológicos. Ni Ciudadanos ni ningún otro partido le negaría agua a una comunidad vecina que estuviera pasando sed, que realmente la necesite para beber o para regar sus campos. Eso sí, con obras hidráulicas como las que se están llevando a cabo ya, pues ahora en el Ebro están autorizadas unas diez transferencias.

-¿Apuestan por acabar las obras del Pacto del Agua?

-Este es un aspecto fundamental. El trasvase no tiene que ser un motivo de enfrentamiento, pues la reivindicación tiene que pasar por acabar de una vez por todas las obras del Pacto del Agua. Llevan pendientes desde la noche de los tiempos. Y sobre todo, cuando hablemos de agua, es necesario abordar problemas concretos que pasan por abordar de una vez por todas las obras necesarias para paliar las inundaciones que se producen por las riadas.

-¿La concurrencia electoral de dos formaciones aragonesistas como PAR y CHA pueden perjudicar las opciones de Ciudadanos?

-Lo importante tras las elecciones del 28-A es no extrapolar resultados, extrapolar la ilusión. Esa noche electoral tuvimos una gran alegría que tratamos de transmitir ahora. Pero no nos dejamos llevar por cantos de sirena y seguimos trabajando por lo nuestro. Serán los aragoneses los que decidan. Yo soy incapaz de saber qué pasará con el voto del PAR. Sobre si los ciudadanos han cambiado de opción o no. Lo único claro es que existen tendencias sociológicas en las que se nos reconoce como única opción viable para relevar al PSOE en el Pignatelli. El propio Javier Lambán asume que su gran rival electoral somos nosotros.

-¿Tienden la mano a cualquier formación política para los pactos postelectorales?

-Nosotros somos un partido de pactos, de negociación. Nos tenemos que creer la política. Es el arte de llegar a acuerdo. Y eso pasa por creernos también la representación parlamentaria. Los que están sentados en las Cortes de Aragón son el pueblo aragonés. Por eso tenemos que hablar entre nosotros, como pasa en cualquier comunidad. Hablando se entiende la gente.

-¿No habrá ninguna excepción?

-No está en nuestra ADN pactar con movimientos populistas o con nacionalismos excluyentes. Con aquellas formaciones en que haya dogmatismo difícilmente podremos llegar a un acuerdo.

-¿Cómo será la relación con el PSOE del ‘con Rivera no’ o del Lambán que le recomienda ‘crecer políticamente’?

-Javier Lambán suele ser un político cabal, aunque a veces él mismo se pone en evidencia con algunas salidas de tono. Yo lo que no quisiera es hacerme mayor siendo político sin bajarme de un coche oficial y sin conocer lo que ocurre en la calle. A Lambán le digo que se pronuncie sobre su PSOE. Si pretende ser el vocero del sanchismo con un ministro de Hacienda llamado Pablo Iglesias, una presión fiscal insufrible y alentando a los nacionalismos que no cuente con Ciudadanos ni para ir a cobrar una Herencia.

-El PP en Aragón ha dicho que la foto de Colón al lado de Vox fue un error. ¿Comparte la valoración?

-El PP ya tiene suficiente historia como para saber dónde tiene que estar. Pero creo que están despistando a su electorado de forma manifiesta.

-Ciudadanos también estaba presente en esa foto junto a la ultraderecha.

-Ciudadanos estaba en Colón, ¿pero sabe dónde estaba también? Estaba en Rentería defendiendo la libertad, con riesgo para nuestra integridad física. También estaba en la marcha del Orgullo o con las mujeres en la calle. Allí donde se defienda una causa que tenga que ver con la libertad de las personas estará Ciudadanos. Sea la unidad de España, sea la condena del régimen tirano de Maduro o la causa de la igualdad de la mujer contra las brechas salariales. Ahí vamos a estar. Y al que no le guste, que no mire.

-¿Cómo gestionarán una posible presencia en las Cortes de Aragón a partir del próximo domingo si logran escaños?

-No me gusta la expresión cordón sanitario que se está usando por ahí, aunque entiendo lo que tratan de decir. Pero no me gusta porque tampoco estoy a gusto cuando hablan de aplicárnosla a nosotros como se ha dicho en algunos momentos o como ha estado diciendo Pedro Sánchez durante toda la pasada campaña electoral. Si Vox llega a las Cortes de Aragón será la obligación de toda la cámara gestionar esa representación. Entonces se sabrá si pueden tener grupo parlamentario o si tienen que estar en el grupo mixto o lo que sea en función del resultado. En el momento en el que se abran las urnas y tengamos los resultados habrá que aplicar el propio reglamento de la Cámara.

-¿Cómo valora su etapa en política? Lleva unos meses realmente intensos...

-Cuando me decidí a dar un paso al frente aún no estaban convocadas las elecciones generales. Me estaba preparando para afrontar un solo proceso electoral. Ahora están siendo dos campañas muy intensas, se nota el cansancio, pero el balance general es positivo. No me he arrepentido en ningún instante.