Miles de jóvenes aragoneses se disponen a trabajar por primera vez este verano. Algunos estrenarán sus vidas laborales y otros repetirán la experiencia de otros años para llenar la hucha, planear un viaje, ahorrar y, por qué no comenzar a labrarse un futuro en un mercado laboral cada vez más complicado.

Los meses de junio, julio, agosto y septiembre las empresas también buscan jóvenes dispuestos a sustituir a quienes se han ganado unas merecidas vacaciones. El final de la selectividad marca, de alguna manera el punto de inflexión para comenzar a trabajar en verano y ganar un «dinerillo extra». Sin embargo, otros muchos jóvenes prefiere desconectar de la rutina y disfrutar del buen tiempo con los amigos y la familia, así como realizar «el último viaje de verano antes de volver», tal y como cuenta Carlos, un estudiante de 24 años de Magisterio.

Sea como fuere, el mercado laboral aragonés generará 60.000 puestos de trabajo este verano, lo que supone un incremento del 8,8% con respecto al año anterior, según los datos facilitados por la empresa de recursos humanos Adecco. Zaragoza lidera la tabla en contrataciones, con cerca de 52.380 (+9%), seguida de Huesca con 4.020 (+6%) y Teruel con 3.610 (+9%). Eso sí, la mayor parte serán temporales y de duración muy determinada.

«No sé si me cogerán para trabajar en verano», es lo que se preguntan cientos de estudiantes como Álvaro, que acaba de terminar la carrera universitaria y se plantea buscar un empleo temporal durante el mes de julio para ganar dinero e invertirlo en el máster que va a realizar el próximo curso.

A PARTIR DE MAYO

La labor de reclutamiento de las empresas de trabajo temporal empieza a partir de mayo, con la búsqueda e candidatos, ya que son en esos meses primaverales (o antes) cuando las diversas compañías comienzan a plantearse las vacaciones de sus empleados.

La contratación en esta época del año está vinculada a sectores típicamente estacionales, es decir, todos aquellos ligados a la actividad turística, el comercio, el transporte, la hostelería, el ocio y el entretenimiento.

De esta forma, los contratos temporales son una de las opciones más utilizadas por las empresas a la hora de dar respuesta al pico de demanda, satisfacer las necesidades de los visitantes que vienen a disfrutar de la gastronomía, el territorio, el patrimonio y la cultura aragonesas, así como cubrir las vacaciones de los profesionales que cogen las vacaciones de verano.

ZONAS RURALES

El empleo en las zonas rurales también tiene su cabida para los estudiantes, ya que se incrementa la oferta en las labores del campo como los trabajos de recolección, envasado o manipulación. Todas ellas relacionadas con las campañas agrícolas. Alba es una zaragozana que dedica su tiempo de verano a realizar este tipo de tareas en el pueblo. «Prefiero trabajar en una fábrica de manipulación de alimentos aquí antes que buscar empleo en la ciudad», afirma la joven.

Sin embargo, los trabajos con mayor demanda se encuentran en el sector del comercio y, entre ellos, destaca el puesto en reponedor, dependiente, promotor, así como el trabajo en línea de cajas. También se acentúa la actividad en el sector de la logística con el empleo de mozo de almacén, preparador de pedidos y repartidor, entre otros.

Uno de los reclamos de los jóvenes también están vinculados con la industria y la administración. Pero si existe hoy en día un nicho de empleo que precisa de mano de obra ese es el del manejo de las nuevas tecnologías, en puestos como el de programador web, manejo de redes sociales, además de los relacionados con el marketing digital, según las estadísticas de Randstad.

PREFERENCIAS y PERFILES

Cada perfil de joven tiene unas preferencias, pero la mayoría prefiere trabaja más tiempo, con contratos de jornada completa. Por meses, los más demandados por los jóvenes son julio, mediados de agosto y la primera semana de septiembre.

Desde las diversas empresas de trabajo temporal en la comunidad, aseguran que destaca el perfil del estudiante, sobre todo el que ya ha trabajado en anteriores veranos o en campañas fuertes como la del Black Friday y Navidad con la misma empresa. «En la mayoría de casos damos prioridad a los trabajadores habituales cuyas referencias son positivas y hay altas probabilidades de continuidad», aseguran en Randstad.

Para acertar con la elección del candidato, las firmas organizan distintas dinámicas de grupo para identificar las competencias y los roles. Sin embargo, las firmas buscan principalmente una actitud positiva, estar abierto a trabajar en diversos proyectos, así como poder adaptarse al cambio. «Buscamos perfiles polivalentes, que sean dinámicos y puedan resolver las situaciones», apuntan desde el departamento de Recursos Humanos de una empresa de restauración. A través de un portal interno, los diversos candidatos van actualizando sus datos y modificando su disponibilidad. Por su parte, los clientes demandan a los empleados que ya hayan trabajado con ellos previamente. Este mecanismo facilita el proceso de selección, ya que crea un vínculo laboral importante para el futuro del profesional.

Por otra parte, uno de los recursos que más demandan las empresas es el envío del vídeo currículum, además de realizar entrevistas por videollamada. De igual modo, se realizan pruebas de situaciones reales para comprobar cómo reaccionan los candidato al puesto.