A veces en el deporte la mente hace más que las piernas. Si no que se lo digan a Carlota Martínez, tenista zaragozana, que ganó el pasado mes de octubre su segundo título en el circuito profesional, el de Santa Margarita de Pula en Italia de 25.000 dólares. "Entré prácticamente la última al torneo. En la primera ronda empecé perdiendo 6-1 y no me encontraba en la pista. Con buena mentalidad conseguí darle la vuelta y al final acabé ganando 6-7 y cogí mucha confianza tanto mental como de juego", analiza la tenista.

Posteriormente y conforme pasó el torneo, Martínez se creció y fue demostrando su potencial en un arranque de calidad que fue de menos a más. "La competitividad del primer día me llevó a la victoria", relata la zaragozana, que vivió una dura final ante la japonesa Misaki Matsuda. "Fue el partido más físico que he jugado en mi vida. Ella ha jugado varias finales, lucha cada punto y nunca se va del partido. Fui inteligente y supe leer bien el choque", explica.

El camino que ha tenido que superar la zaragozana para llegar a número 312 del ranking WTA no ha sido nada fácil, pues comenzó en el puesto 1.900. "Hay distintos torneos, dos de 15.000 y otros 25.000 y a partir de ahí vas subiendo. Me he puesto con un ranking 312. Desde este mes de julio he conseguido hacer también varias semifinales y alguna final, que al fin y al cabo es lo importante porque te da muchos puntos. He sido muy regular porque no he bajado de cuartos", subraya la tenista.

No obstante, cuando Carlota comenzó a jugar en el frontón de Sádaba, su pueblo, nunca esperó que el tenis fuera a convertirse en una parte imprescindible de su vida. "Empecé con nueve años y vi que más o menos le sabía dar a la pelota y me llevaron al Club Deportivo Paraíso. Allí comencé a entrenar hasta que fui a la Federación Aragonesa de Tenis. Más tarde estuve en el Real Zaragoza Club de Tenis y ahí intenté ser tenista profesional. Mis padres vieron academias y me uní a Pro-AB, a la que iba cada mes y entrenaba con José María Elenas", dice.

"Al año me dijo que tenía que ir a vivir a Barcelona. No me lo tomé muy bien porque con 15 años me fui a vivir sola", relata la jugadora entre risas al recordar cómo recibió la noticia. "Dejas de ir al colegio y de ver a tus amigas de toda la vida para ir a una ciudad diferente en la que no conoces a nadie. Al tiempo pensé que era una oportunidad que tenía que aprovechar", matiza Martínez.

Y es que con el tiempo, la joven Carlota fue creciendo y desarrollando sus gustos en el mundo del tenis. "Federer ha sido siempre mi favorito. Hacía fácil el tenis con su elegancia. También me quedo con la mentalidad de Nadal y con Serena Williams", relata Martínez, que añade que "como buena española me gusta la tierra batida".

Por otro lado, la zaragozana cree que en lo que más destaca es su buena derecha y su dejada, aunque "desde pequeña creo que he sabido leer bien los partidos e intuir los movimientos. Generalmente, me encuentro bien físicamente y recupero correctamente", expresa Martínez, que reconoce que una de sus claves es que es muy competitiva, porque "desde que era una niña me han enseñado que siempre hay que luchar hasta el final".

El próximo paso

Respecto al futuro, Carlota ya piensa en sus dos próximos torneos en Grecia de 25.000 dólares. "Después de Grecia, acabaré con otros dos de 25.000 posiblemente en Monastir en Túnez. Hay varias competiciones y no sé en cuáles entraré y en cuáles no. Luego tendré una semana de vacaciones y ya empezaré la pretemporada", explica la zaragozana, que ansía entrar en una previa de Roland Garros. Lo que significa que para ello debe estar entre las 250 mejores del mundo. "Es a final de mayo. Como toda jugadora me reuniré con mi equipo y me marcaré unos objetivos para seguir creciendo", acaba la tenista.