El zaragozano José Miguel Salas tiene unas 200 piezas diferentes de la Virgen del Pilar. Sobre todo figuras y tallas, pero también óleos y grabados. Estos días ha prestado sus mejores piezas a la exposición que ha organizado el Alma Mater Museum.

-Su casa es una especie de santuario a la Virgen del Pilar.

-Bueno, no es para tanto. Tengo sobre 130 vírgenes del Pilar, la gran mayoría de plata. Pero también colecciono en menor medida pinturas, grabados y documentos sobre la Virgen. En total tendré unas 200 piezas, ninguna repetida. La mitad las tengo en la casa del pueblo porque aquí ya no me caben. Y sigo comprando. Los coleccionistas no paramos nunca (ríe).

-¿Cómo surgió su afición?

-Me gusta mucho el mundo de las antigüedades y el coleccionismo y me centré en las vírgenes del Pilar a raíz de un regalo que me hicieron cuando era joven, una pequeña Virgen del Pilar. Estas imágenes suele estar en casi todos las tiendas y ferias de antigüedades. Es curioso contemplarlas y ver el trabajo de los plateros, sobre todo las distintas formas de representarla según los estilos de la época. Últimamente también busco en internet porque hay particulares que venden.

-¿Ha calculado el valor de su colección?

-No, nunca. Para los coleccionistas es más el valor sentimental que el económico. Cuando voy a Madrid me encanta rastrear por los anticuarios, es una pasión para mí.

-¿Cuál es su pieza más antigua?

-Una del siglo XVIII que es de factura muy aragonesa. El pilar y la base son como los cálices de estilo aragonés de esa época. Un trabajo magnífico de los afamados plateros de la calle Platerías de Zaragoza, hoy Manifestación, aunque la adquirí en una subasta en Barcelona. También tengo piezas recientes. Por ejemplo, hace un mes compré una Venida de la Virgen realizada hace unos tres años, réplica de la majestuosa obra del escultor José Ramírez de Arellano que se encuentra en el centro de la Santa Capilla del Pilar. A las que más cariño tengo son a las de colgar con la indumentaria aragonesa, los aderezos de filigrana de las ansotanas.

-¿Participa en la Ofrenda de flores?

-Todos los años. Ha sido una pena que este se suspendiera, pero no podía ser de otra forma. La situación sanitaria es complicada y lo primero es la salud. Son decisiones difíciles pero hay que entenderlas.

-¿Lo suyo es auténtica devoción por la Virgen del Pilar?

-Siempre he sido muy pilarista y disfruto mucho enseñando la basílica a todas las amistades y personas que vienen de fuera. Hay muchas curiosidades que mostrar en el templo, es el más antiguo del mundo dedicado a la Virgen desde tiempo de los apóstoles y es curioso la evolución en los casi 2.000 años de historia que tiene y es bueno darlo a conocer. La gente se sorprende mucho.

-¿Cómo surgió la posibilidad de prestar algunas de sus piezas a la exposición que exhibe actualmente el Alma Mater Museum de Zaragoza?

-El director del museo Alma Mater sabía que coleccionaba, se puso en contacto conmigo y él personalmente seleccionó una muestra que describe los distintos estilos y épocas de la figura exenta de la Virgen del Pilar. Me parece una iniciativa fantástica que podamos contemplar verdaderas joyas de la joyería y la indumentaria aragonesa, sobre todo en este año que se han suspendido todos los actos festivos por la pandemia.