El miedo a poder contagiar a los familiares con los que vivían acechó en un primer momento a todo el personal sanitario que luchaba contra el covid-19 en primera fila. Después de un duro día de trabajo tocaba llegar a casa e ir corriendo a ducharse y a cambiarse para luego poder por fin abrazar a sus hijos y besar a sus seres queridos que sufrían en silencio una patología previa que les situaba como persona de riesgo ante la llegada de este nuevo enemigo.

Pero de nuevo la solidaridad de todos los ciudadanos puso solución a todo esto y gracias a la generosidad de las empresas Brial, 18 Torres, LC Apartamentos, La Pastora, ZRooms y Los Girasoles, todo el personal sanitario que lo solicitó ha podido mudarse a un nuevo hogar donde el miedo a contagiar ha desaparecido debido a que han puesto a disposición del Colegio de Médicos de Zaragoza 35 apartamentos para todos ellos.

El responsable de 18 Torres, Jesús Gil, asegura que ofreció esta ayuda al Ayuntamiento de Zaragoza para así poder aportar su granito de arena en unos momentos muy duros para todo el mundo. «A finales de febrero vi que estaban empezando a caer las reservas y, tanto los propietarios como yo, decidimos dejar los apartamentos de manera altruista a todo el personal sanitario que estaba haciendo una gran labor».

Gil explica que hay pisos que tienen capacidad para ocho personas como máximo pero que «para mantener la distancia hay una persona por habitación» y que, por si la situación empeora «queda algún apartamento libre porque ha habido gente que ha dado positivo y se han tenido que reubicar».

El lado más humano sigue saliendo durante estas semanas y es por eso por lo que Gil asegura estar en continuo contacto con los sanitarios que se encuentran en los diferentes pisos «para saber cómo están y si necesitan algo en lo que les pueda ayudar» debido a que, según cuenta, ven «situaciones muy duras. En un principio llegaban con la moral muy baja, eran sanitarios que habían dejado a sus hijos y a sus familiares y ahora, poco a poco, están viendo la luz al final del túnel».

Gil cuenta que recibe mensajes de agradecimiento por su ayuda «que ponen la piel de gallina». Una de esas personas que no sabe cómo responder ante la solidaridad de sus nuevos caseros provisionales es una joven de 28 años que asegura que «son un amor» y que se han convertido «en unos segundos padres».

Esta médica de atención primaria en el hospital Miguel Servet de Zaragoza recuerda la sensación que sentía los primeros días del estado de alarma cuando trabajaba con pacientes que eran posibles casos de covid-19 y al final de su jornada laboral tenía que volver a su casa con su familia en la que había una persona autoinmune. «Intentaba mantener la distancia, llegaba a casa y me encerraba en el cuarto, tenía que limpiar el baño con lejía cada vez que lo usaba y a medida que pasaban los días iba de la ducha al cuarto hasta que terminé comiendo ahí. Era muy agobiante», cuenta.

Tranquilidad y desahogo

A los pocos días, la presión a poder contagiar a un ser querido llevó a esta joven a mirar pisos para poder irse mientras esto durase. «Yo buscaba un piso para pagarlo de mi bolsillo», cuenta, pero fue entonces cuando se enteró de la bolsa creada por el Colegio de Médicos y varias empresas. De momento, y hasta que acabe el estado de alarma y de manera gratuita, puede seguir cuidando de sí misma, de su familia y de cientos de personas que cada día pasan por el hospital.

Ahora, esta doctora es mucho más optimista que al principio, donde sintió «un poco de vértigo» y tenía «mucha tensión dentro de casa». «Tener este piso es un desahogo, tuve muchas dudas y se me pasaron mil cosas por la cabeza, pero ahora mi familia también está más tranquila».

Facilidades a la movilidad

A diario, miles de sanitarios se están desplazando por la comunidad para trasladarse a sus puestos de trabajo y seguir con su lucha para salvar vidas. Por ello, para facilitar en la medida de lo posible todo lo que suponen esos desplazamientos, en Zaragoza el ayuntamiento tomó ya la medida hace semanas de facilitarles el desplazamiento gratuito tanto en el autobús urbano como en el tranvía, un servicio que registra unos 10.000 usos diarios.

Pero, además, para quienes prefieran moverse en su vehículo privado el Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto a disposición de los profesionales sanitarios y personal auxiliar de los hospitales Miguel Servet y Clínico un total de 1.000 plazas de estacionamiento gratuitas durante el mes de abril en alguno de los párquines subterráneos próximos a estos centros. Ello se ha realizado en virtud de un acuerdo con empresas concesionarias (Isolux e Indigo) que han bonificado su coste y este será sufragado por el consistorio.