La comarca del Matarraña, conocida como la Toscana española, suma una nueva propuesta de alojamiento, esta vez de cinco estrellas. Se trata del hotel Torre del Marqués, levantado en Monroyo y equipado con 18 habitaciones, oferta gastronómica, spa y espacio para celebraciones familiares y eventos profesionales.

Este establecimiento de lujo se ubica en una emblemática y antigua masía del siglo XVIII restaurada. Está localizado en una finca con más de 150 hectáreas, rodeada de montañas, olivos, viñedos y almendros. En el pasado este emplazamiento fue la residencia de verano del Marqués de Santa Coloma y presenta las habitaciones orientadas para apreciar las vistas panorámicas del entorno.

El hotel, que posee el sello internacional Small Luxury, abrió este verano con una apuesta por atraer a nuevos huéspedes al Matarraña y, al mismo tiempo, ofrecer al público local una añadida oferta gastronómica, spa y espacio para eventos. «Una nueva apertura que se impone como paraje con sensibilidad medio ambiental y de apoyo a las comunidades locales», según indican desde la entidad. «Hotel Torre del Marqués 5* es una invitación al disfrute en familia y a la reconexión con la naturaleza», describen.

El restaurante gastronómico está también abierto al público local, utiliza productos ecológicos de los huertos de la zona y «apoya a los productores locales». Los platos se elaboran con materias primas como panes, carnes, aceite de oliva, embutidos, trufas, vinos y setas, y son de estilo tradicional, así como propuestas novedosas.

El spa es otro de sus destacados servicios, con zona de aguas, jacuzzi, baño turco, sauna y zona de tratamiento y masajes con productos firmados por Natura Bissé. Tanto los huéspedes como el visitante local pueden privatizar el Spa para uso individual o en familia. Las instalaciones se completan con una amplia piscina al aire libre templada todo el año y rodeada de jardines.

Asimismo, el hotel organiza rutas de senderismo por parajes como el Parrizal de Beceite o el Salt de la Portellada, visitas culturales a pueblos medievales como Valderrobres o Calaceite, catas de vino y aceite de oliva de la zona o picnics y cenas en parajes «espectaculares».

Sus amplias dimensiones permiten celebrar citas especiales, como bodas, pedidas de mano o fiestas de cumpleaños. También dispone de instalaciones para encuentros de negocio con salas de reuniones, proyectores, equipo de sonido y servicio de catering. «Los encuentros de trabajo se pueden amenizar con actividades al aire libre, visitas culturales o catas de vino o aceite en el propio hotel o en las bodegas de la zona», según indican fuentes del hotel.

La construcción del hotel se llevó a cabo con la rehabilitación de la masía y se utilizaron materiales naturales y tradicionales, como los muros de Tapial creados a partir de argamasa de tierra y paja de la propia finca, los suelos de yeso pulido de Albarracín, las paredes de arcilla y piedra arenisca de los Puertos de Beceite, los alicatados de mármol Macael almeriense o las estructuras de pino de bosques ibéricos. Todo fue elaborado por artesanos y constructores locales.

Además, el edificio tiene un carácter sostenible, dado el bajo consumo energético, por la creación de corrientes de aire naturales e invernaderos interiores. La escasa energía necesaria para el funcionamiento del hotel es 100% renovable a través de placas solares y calderas de la biomasa.