Antonio nació hace cuatro años con casi tres kilos y medio de peso. Su madre tuvo un embarazo sin complicaciones, salvo una diabetes gestacional, común en muchas mujeres. Sin embargo, el parto programado no salió bien.

Ana estuvo dando a luz de forma muy prolongada, ya que transcurrieron 12 horas desde la rotura de aguas hasta el alumbramiento.- Durante el mismo, ella sufrió fiebre y el niño una braquicardia, por lo que el parto natural se sustituyó por una cesárea.

Un informe realizado en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) así lo certifica, destacando que sufre una incapacidad permanente absoluta por una parálisis cerebral. Los dos forenses que hicieron el reconocimiento señalan, entre otras cuestiones, que Antonio tiene ausencia de gestualidad, emite pocos sonidos, no puede agarrar objetos, ni tampoco puede mantener una postura estable.

Ante esta situación, sus padres han denunciado a los tres médicos del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza por entender que fueron negligentes en su forma de actuar. Solicitan, a través del abogado de la Asociación del Defensor del Paciente, Ricardo Agoiz, la pena de dos años de prisión y la inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión también durante ese mismo tiempo. Les considera autores de un delito de lesiones por imprudencia grave.

Asimismo, piden una indemnización solidaria de 1,3 millones de euros, siendo responsables civiles la aseguradora Zurich y de forma subsidiaria el Servicio Aragonés de Salud.

AYUDAS Una cantidad que puede parecer elevada, reconocen Juan y Ana, pero que responde "a la gran cantidad de cuidados que necesita nuestro hijo en estos momentos y en el futuro". "Antonio necesita, por ejemplo, pañales, batidos de proteínas o un fisioterapeuta todas las semanas que cuesta 30 euros, media hora", destaca Ana.

Este matrimonio zaragozano de unos 40 años reconoce que han acabado recurriendo a los tribunales porque "nadie asume su culpa", debido a que desde el primer momento los ginecólogos señalaron a los pediatras y éstos a los primeros. Tampoco reciben las ayudas a la dependencia que precisan, asumiendo gastos como unas prótesis en los pies que les han costado 600 euros y que conforme vaya creciendo tendrán que ir sustituyendo.

Ana critica que las aseguradoras no sean capaces de pagar por "una culpabilidad que es evidente". "Nuestro hijo venía bien, pero se complicó el parto y ellos son los responsables", lamenta, mientras su esposo apunta: "Hemos estado durante tres años yendo al hospital para ir a rehabilitación y no nos han mirado a los ojos".

Este malestar lo sufren a diario por una situación de crisis económica que tampoco es ajena a su hogar. Juan acaba de conseguir trabajo, después de un año en paro y ella trabaja, pero en una empresa que hace de vez en cuando un ERTE en el que ella también está afectada