NACIMIENTO HAIFA (ISRAEL), 1970.

PROFESION PROFESOR DE CIENCIA POLITICA EN LA UNIVERSIDAD DE HAIFA (ISRAEL) Y RESPONSABLE DEL CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE SEGURIDAD NACIONAL EN DICHA INSTITUCION. AUTOR DE VARIOS LIBROS SOBRE TERRORISMO, SE HA ESPECIALIZADO EN EL ANALISIS DE LAS ACCIONES SUICIDAS Y EN EL ESTUDIO DE LAS BRIGADAS DE AL AQSA. ACTUALMENTE ES EDITOR DE LA PUBLICACION E-EXTREME NEWSLETTER. ADEMAS, FORMA PARTE DEL EQUIPO EDITORIAL DE LA REVISTA DE CARACTER ACADEMICO STUDIES IN CONFLICT AND TERRORISM.

Habla con pasión cuando se le pregunta por cuestiones tan polémicas como el muro que Israel construye para separarse del pueblo palestino. Aunque estima que es necesario, Ami Pedahzur se muestra partidario de la paz y de que los palestinos cuenten con un estado propio conforme a los límites territoriales establecidos en 1967. También rechaza los asesinatos selectivos como técnica sistemática.

--¿Los suicidas son meros instrumentos de sus superiores?

--Son armas cínicas en manos de las élites terroristas. Sus acciones obedecen a decisiones racionales, ya que es su modo de respuesta ante un enemigo más poderoso. Hay a menudo razones políticas de fondo. Yassir Arafat dejó entrar a Al Fatah dentro de esta dinámica al comprobar que Hamas o la Yihad le estaban ganando terreno. Desde que Al Fatah empezó a actuar en este sentido, Arafat recobró gran parte de su popularidad perdida. Hay organizaciones que recurren a los suicidas para sobrevivir.

--¿Cómo se prepara a un suicida para que actúe con frialdad?

--Los entrenamientos tienen una base militar, pero también una profunda preparación mental. Les inculcan que la vida en sí misma no es un valor y que el suicidio es una puerta hacia una vida mejor. A menudo son personas marginadas. Hay un interesante juego entre la vida y la muerte. Algunos de los autores del 11-M fueron preparados en esa dirección. Pero hay que dejar claro que el Islam no es la causa del terrorismo suicida, como se ha visto en Sri Lanka.

--¿No cree que los asesinatos selectivos fomentados por Israel son una respuesta excesiva?

--No los justifico, prefiero otras vías de carácter democrático para solucionar un conflicto. Esos ataques sólo están justificados cuando sirven para evitar atentados que pueden acabar con vidas inocentes. Nunca deben usarse como técnica sistemática y menos sobre civiles, no sólo por cuestiones morales sino también estratégicas, ya que generan un odio terrible. Uno de los errores cometidos por la inteligencia israelí ha sido centrarse en la actuación contra los suicidas. Hay que capturar a sus líderes. Por ejemplo, el juicio y condena a muerte del líder del PKK del Kurdistán motivó la oferta de tregua por parte de la guerrilla kurda.

--¿El aguado anuncio de dejar progresivamente Gaza puede ayudar a obtener un acuerdo entre israelís y palestinos?

--No por el momento. Ambas partes están muy separadas, aunque la decisión del Gobierno israelí de abandonar Gaza y parte de los asentamientos es un comienzo. Ahora bien, soy muy escéptico respecto a la posibilidad de que se produzcan cambios sustanciales.

--¿No le parece que la solución pasa por crear dos estados reales?

--Sí, por supuesto, y que éstos se establezcan conforme a los límites diseñados en 1967. Pero Israel no debería continuar con la absorción de refugiados palestinos, porque eso empeora la situación. Y Palestina debe aceptar que Israel no va a dejar de tener un país propio.

--¿El nuevo muro es un delirium tremens de Ariel Sharon? Aísla a los palestinos y la división procede de una decisión unilateral...

--Israel quiere protegerse de los terroristas y el muro es la única solución, aunque no con carácter permanente. Créame, Europa y Estados Unidos presionarán para que se establezca conforme a las fronteras de 1967. A veces, cuando los enfrentamientos son continuos entre dos pueblos, lo mejor es separarlos. Pero, al mismo tiempo, hay que ayudar a los palestinos para que se abran al mundo y desarrollen una economía autónoma.

--¿La sociedad israelí celebró la muerte del jeque Yassin?

--La gente estaba realmente atemorizada de la posible respuesta de Hamas, que no abandonará en su empeño de lograr una venganza a su medida. Y a su vez, seguro que esas acciones generan una respuesta israelí. Hay que sentarse a negociar. Ariel Sharon es uno de los mayores halcones políticos de los últimos años. Sin embargo, ha dado un interesante giro a la izquierda últimamente, aunque no soy muy optimista al respecto. Además, Arafat es otro halcón. Pudo detener la Intifada, pero la dejó seguir.

--¿Por qué no existe un mayor respaldo a los políticos más moderados como Simon Peres?

--La sociedad tiene miedo y tiende a buscar soluciones militares al problema. Sin embargo, los israelís no quieren controlar a los palestinos ni hundirlos. Sólo quieren que cese la violencia. El propio Sharon sabe que no existe una vía militar al conflicto y que Israel debe ganarse el corazón de los palestinos. Hay que ofrecerles un futuro mejor.

--Ya, pero cuesta creer en esa idea después de que durante años se hayan ocupado decenas de territorios a pesar de las condenas de la ONU...

--Sí, pero los israelís no quieren Gaza ni otras zonas. Quieren vivir en paz y el único camino para ello es que los palestinos cuenten con su propio estado y que exista una segura división entre ambos.

--¿Por qué fracasó a su juicio la Hoja de Ruta?

--Porque nació desde la desconfianza entre israelís y palestinos. Además, no se produjo la involucración internacional necesaria. Actualmente, en Israel hay una sensación de odio hacia Europa a raíz de la influencia ejercida por los medios de comunicación, posicionados en favor de los palestinos. La prensa a menudo se queda en la superficie del problema.