Un joven zaragozano fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza a un año de prisión y 720 euros de multa por grabar películas en los cines y distribuirlas a través de internet, por lo que pagó una indemnización conjunta de 4.800 euros a las principales distribuidoras que operan en España.

Inicialmente, estas compañías, y la patronal de distribución de software --también pirateaban videojuegos-- solicitaban que las resarciera con más de cinco millones de euros por el perjuicio que les había causado. Pese a que reconocían que solo podían acreditar que el joven había obtenido 892 euros, en productos que compró a través de Western Union.

Pero el abogado del joven, Felipe Lafuente, logró el acuerdo con ellas y con la Fiscalía que dejó la compensación en una cifra más razonable. También rebajaron considerablemente la pena de prisión que solicitaban para el joven, de cuatro años, que le hubiera forzado a entrar en la cárcel.

El condenado, que en el 2011 --cuando fue detenido-- tenía 18 años, formaba parte, junto con dos menores (uno de los cuales actuaba como jefe) de un grupo dedicado al pirateo de películas grabadas directamente de la pantalla, lo que en el argot se conoce como screener. Luego los colgaban en una plataforma con varias páginas web de descargas asociadas, gestionada por el menor, o las vendían directamente a los usuarios, por alrededor de 300 euros.

Según recogen los hechos probados de la sentencia, del pasado mes de febrero, también reclutaban a otros menores, a los que proveían de cámara, para efectuar las grabaciones.

Las condenas relacionadas con la piratería cinematográfica han sido escasas en Aragón, ya que la mayoría de ellas se basaban en páginas web de enlaces, que según ha marcado la jurisprudencia del Tribunal Supremo no se puede responsabilizar al transmisor del delito contra la propiedad intelectual, al no estar el contenido en su página. Pero en este caso los investigadores sí pudieron demostrar que el grupo era, directamente, quien ponía en circulación el material.