La Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU) se encuentra a la vuelta de la esquina y, a pesar de que siempre ha sido una prueba muy temida por los alumnos, este año el confinamiento, las clases online y los aprobados casi generales, han hecho que se baje el nivel y que por lo tanto, no se cuente con las clases de refuerzo previas para superar esta evaluación que da paso a la universidad.

Así lo confirman desde el Centro de Estudios Cervantes, donde la directora, María Liria, asegura que están «muy lejos de cumplir el aforo máximo de las aulas» debido a que en estos momentos, solo de alumnos que se estaban preparando selectividad, tenían en torno a unos 50 y actualmente «tenemos cinco».

Esta situación va a llevar a este centro de estudios a devolver a la mitad de la plantilla al ERTE debido a que septiembre se prevé igual o peor que la actualidad, ya que apenas hay jóvenes que se hayan quedado con asignaturas pendientes para recuperar una vez ya finalizado el verano. «Podemos hablar tranquilamente de que ha habido un aprobado general porque nosotros teníamos alumnos que asistían a repaso y no daban para nada el nivel y han aprobado la asignatura finalmente», cuenta Liria, que no duda en confirmar que ahora el riesgo es que «en selectividad se mantengan unos estándares altos, porque en ese caso, los estudiantes se van a encontrar con un grave problema».

A pesar de este posible miedo a la prueba que se celebra del 7 al 11 de julio, desde las academias creen que va a haber «un nivel más bajo que años anteriores» y aseguran que «ya han adaptado los exámenes para que sean más sencillos y que no son como estaba previsto que fueran».

Lo mismo opina el coordinador de Academia de 10, Mikel Fernández, que asegura que «el sentir general de los alumnos de Bachillerato es que las notas han subido» y que, aunque aún no se ha realizado la prueba de acceso a la universidad, «se piensa que va a ser más fácil y hay más relajación en comparación con años anteriores».

Fernández asegura que para ellos los meses de julio y agosto eran «los más fuertes» y que actualmente se encuentran con un 20% del aforo completo cuando de normal ya suelen estar en torno al 80%. «En agosto vamos a cerrar porque sabemos que no vamos a tener nada hasta casi la ultima semana porque muy poca gente se ha quedado para hacer selectividad en septiembre», explica Fernández.

Ahora, la gran incógnita es qué sucederá una vez pasado el verano. «Nosotros estamos valorando diferentes escenarios, estos meses hemos funcionado con clases on line pero la gente nueva que pregunta por los refuerzos, no les interesa que esto sea así en un futuro, ellos quieren clases presenciales», algo que no se puede asegurar al 100% porque no se sabe cómo va a actuar el virus en los próximos meses.

Según Fernández, esta negativa a las clases virtuales se debe «a una mala experiencia en los centros educativos, que según nos comentan los padres, no ha sido para nada positiva».

Algo que preocupa entre los docentes de las academias son las notas de corte debido a que si se han simplificado los exámenes y se ha dejado pasar a mucha más gente que de normal «hay que poner el filtro por algún sitio y tememos que sea en las notas de corte», cuenta Liria.

De momento, entre el alumnado hay más tranquilidad que la que se apreciaba años atrás y lo que más nervios ocasionan son las medidas de seguridad a cumplir y el volver a examinarse después de un tercer trimestre tan diferente. Así lo cuenta Irene Garcés, una joven estudiante del instituto Reyes Católicos de Ejea de los Caballeros que ha seguido de manera on line las clases de refuerzo de Física y Química y Matemáticas. «La primera semana estuvimos ya probando aplicaciones para saber con cuál se hacia mejor y luego nos dieron la opción de seguir los repasos desde casa o de ir a la academia pero siempre cumpliendo con todas las medidas de seguridad».

Garcés es consciente de que en su entorno «ha habido un aprobado casi general y recuperaciones muy sencillas» que han llevado a más de uno a estar a las puertas de hacer selectividad después de haber suspendido hasta seis asignaturas en los dos primeros trimestres. «Sé de personas que tienen alguna suspensa para septiembre pero el porcentaje es mucho menor que el que hubiera habido si hubiera sido un curso normal».

Además, Garcés cuenta que se han dado muchos casos en los que no se esperaban aprobar bachillerato y se contaba con ir a septiembre y así tener todo el verano para ir a la academia con las asignaturas suspendidas. «Muchos de los que han aprobado ahora, no se han metido a hacer la EvAU y se han inscrito para hacer algún grado», una opción que deja de nuevo a las academias, sin usuarios estos meses.