Aragón cerró el mes de julio con un déficit del 0,09% del PIB, 33 millones de euros en términos absolutos. Si el año hubiese terminado ya, la comunidad cumpliría sobradamente con el objetivo de este año, que se sitúa en el 0,4% de necesidad de financiación. Pero los departamentos suelen cerrar presupuestos, y por ello incrementar los gastos, de cara al final del año. Aun así, con estos datos el departamento de Hacienda del Gobierno de Aragón confía en cumplir al final del ejercicio el citado objetivo del 0,4% de déficit.

Publicados los datos de julio, se entiende mejor el optimismo que venía mostrando el consejero Fernando Gimeno en alguna de sus últimas comparecencias, frente a un endeudamiento que había alcanzado el 0,79% solo un mes antes, generando duras críticas por parte de la oposición.

El mes de julio fue extraordinario en cuanto a ingresos, que alcanzaron los 716 millones de euros, según los datos del informe mensual del Ministerio de Hacienda, hechos públicos ayer. En comparación con el mismo mes del año pasado, por ejemplo, fueron 115 millones de euros más. Así, aunque los gastos también aumentaron, de 426 a 453 millones en la misma comparativa, julio dejó un superávit por sí solo de 263 millones de euros (78 millones más que en julio del 2017), que permitió enjugar en gran medida los 296 millones de pérdidas acumuladas hasta junio.

Entre los ingresos, destacaron, tanto por cifra como por porcentaje de aumento, los impuestos sobre la renta y el patrimonio (251 millones), mientras los de la producción e importaciones se mantuvieron casi igual (31 millones, uno menos que en el 2017) y los del capital bajaron a la mitad (16 millones, por 33). El mayor caudal vino de las aportaciones estatales, con 386 millones, 64 más que en el 2017.

Entre los gastos (empleos no financieros, en la terminología de Hacienda), casi la mitad se fue en sueldos (211 millones), con apenas 49 millones en transferencias a otras administraciones.