El Juzgado de Instrucción de Barbastro ha acordado el sobreseimiento y archivo de la denuncia por presunto homicidio contra un sargento de la Guardia Civil, que disparó en defensa propia cuando fue atacado con navaja por un hombre con sus facultades mentales perturbadas.

En su resolución, el tribunal enumera los distintos sucesos provocados por el fallecido, Joaquín Salamero Blanco, quien atemorizó y agredió con una navaja en julio de 2002 a los vecinos del núcleo rural de Torres del Obispo antes de ser abatido por los guardias intervinientes. El auto admite que los agentes efectuaron varios disparos contra órganos no vitales del agresor al ver que no deponía su actitud y se dirigía contra el sargento, al que le asestó una cuchillada en el pecho que le provocó un neumotórax, informa Efe .

ACTITUD AGRESIVA Añade el juez que la actitud "extremadamente agresiva y peligrosa" del agresor y la inminencia de un nuevo ataque con su navaja llevaron al sargento, que se encontraba a menos de un metro de su atacante, a disparar contra el fallecido "en legítima defensa". El magistrado, a tenor del testimonio de testigos presenciales, argumenta que el agresor amenazó a varios vecinos con su cuchillo, hirió a otros dos, rajó las ruedas de varios coches, provocó daños y colocó su arma en el cuello de una mujer al tiempo que la amenazaba de muerte.

La acusación particular reclamaba una condena de 2 años de prisión por homicidio contra el sargento y la apertura de un juicio con jurado. Sin embargo, la resolución explica que "debe ponderarse la perturbación anímica que debió sufrir el sargento como consecuencia de la primera agresión y la reacción, absolutamente instintiva de autoprotección ante la presencia de otra persona que portaba una navaja".