El Ayuntamiento de Cosuenda ha dado un plazo de un mes al nuevo propietario de la torre Lisalta, Alberto Luis Benedicto, para que presente un estudio de conservación y rehabilitación del edificio con la advertencia de que, de no entregarlo y resultar satisfactorio para la corporación, esta iniciará los trámites para expropiarlo por motivos de interés social, explicó el alcalde, Óscar Lorente.

El municipio lleva años intentando hacerse con la propiedad de la torre, un antiguo campanario que domina el casco urbano y que en 1968 dejó de pertenecer a la Iglesia para pasar a manos de José María Benedí Franco. Sus hijos entablaron varios pleitos por su herencia. Y Benedicto se convirtió en su nuevo dueño el pasado octubre.

El consistorio, explicó Lorente, ha intentado adquirir la torre por el mismo precio que pagó su actual propietario --él sostiene que fueron 8.000 euros más el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y los gastos del Registro de la Propiedad--, aunque este rechaza vendérsela.

TANTEO El alcalde criticó que la DGA no ejerciera el derecho de tanteo y retracto para impedir, igualando el precio de venta, que un BIC (Bien de Interés Cultural) pasara a manos de otro particular. Y también le afeó que no traspasara ese derecho al ayuntamiento.

Para el próximo domingo hay convocada una concentración ante la torre en la que los vecinos de Cosuenda manifestarán su "indignación" ante la actuación de la DGA, señaló el alcalde.

Paralelamente, celebrarán una asamblea en la que decidirán qué pasos dan a partir de ahora. Entre otras iniciativas, estudian efectuar una recogida de firmas, pedir un dictamen al Justicia, solicitar un informe a la Diputación Provincial de Zaragoza y proponer a la presidenta de la DGA, Luisa Fernanda Rudi, y a la consejera de Cultura, Dolores Serrat, que hagan de mediadores con el actual propietario de la torre.