El Gobierno de Zaragoza aprobó ayer reparar el canal de aguas bravas del Parque del Agua. Exigirá tanto a la empresa que lo diseñó -Euroestudios- como a la que lo construyó -Tragsa- que asuman los 624.000 euros que estiman que costará remodelar y reparar de forma definitiva la balsa inferior, garantizando su impermeabilización. En caso de que se nieguen, el consistorio acometerá los trabajos de forma subsidiaria con la confianza de que asuman la factura y que este asunto no acabe judicializado.

El Gobierno también aprobó abrir un nuevo procedimiento de reclamación de daños para determinar la responsabilidad por vicios ocultos y para reclamar los perjuicios causados por las constantes filtraciones. Esta decisión viene motivada por una auditoría que encargó el pasado mes de marzo para determinar cuál era la causa de las constantes fugas de agua que se producen en el canal, pese a haberse reparado en dos ocasiones.

La auditoría concluye que el problema es «estructural» y tiene su origen en el diseño, en concreto, en la base inferior, por lo que no se puede reparar, sino que habría que acometer una remodelación del canal. Según la auditoría, el proyecto, de marzo del 2006, presenta «numerosas incongruencias y contradicciones». Además, «no está suficientemente detallado a nivel de planos», por lo que se desconoce dónde se sitúan las soldaduras, elementos clave para la reparación de las grietas. Por ello, constata una «mala praxis durante las obras y la consecuente existencia de daños en el vaso de la balsa».

REPARACIONES

Además, según este informe, las obras de reparación que se realizaron en el 2015 fueron contraproducentes. Explica que los trabajos de inyección en el hormigón que pretendían sellar las juntas de las grietas no sirvieron para la impermeabilización del vaso, por lo que no se solucionaba el problema. El perito considera que la solución más «idónea» pasaría por crear un nuevo vaso estanco. Y esto es lo que quiere hacer desde el Gobierno de la ciudad.

Tragsa, que invirtió 131.000 euros, se encargó de estos trabajo de reparación. El proyecto fue supervisado por la sociedad @Desarollo Expo, ahora en proceso de liquidación, un problema añadido según el portavoz del Gobierno.

Este explicó que se barajaban dos actuaciones. La primera pasaba por mantenerlo cerrado, ya que desde que la última empresa rescindió el contrato por razones de rentabilidad económica a principios del 2017, ni se ha actuado ni ha habido ninguna otra interesada.

La segunda posibilidad ha sido la escogida: acometer una nueva impermeabilización que solucione de forma definitiva el problema. El ayuntamiento ha elegido esta opción, aunque se la más costosa, ya que la obra es elevaría a 624.000 euros, además de los 6.000 por el coste de mantenimiento.

El Gobierno de la ciudad exigirá a las dos empresas implicadas en el proyecto de construcción que se encarguen del 100% de los gastos, al considerar que es su responsabilidad. Y si no lo hacen, lo hará el consistorio de forma subsidiaria «y luego les haremos llegar la factura», explicó el portavoz del Gobierno. «Ya se decidirá cómo se reclaman», añadió.

Lo que tampoco aclaró es qué pasará una vez que el canal esté reparado y listo para recuperar la actividad. «No tenemos el deseo ético de sacarlo a licitación», aseguró el portavoz. Pero el mantenimiento de esta instalación es muy elevado y su viabilidad más bien escasa. Este ha sido el argumento de las empresas que han explotado el canal y que han acabado abandonando el negocio.

Anualmente, genera un coste de más de 34.000 euros solo en gasto energético, que se ve aumentado por las filtraciones, ya que se necesita más agua y, por lo tanto, más energía para su bombeo.