El Ayuntamiento de Zaragoza actuó de forma urgente y subsidiaria en seis inmuebles privados durante el año pasado tras declararlos en ruina y por la dejadez de sus propietarios. Un número que parece discreto si se analiza de forma aislada, pero que supone un importante incremento respecto al 2018, cuando tan solo se actuó en dos ocasiones.

El consistorio invirtió 728.006 euros para ejecutar los trabajos y que reclamará a los propietarios de los bienes. El cobro no es rápido y suele recuperarse a año vencido, como sucedió con las dos actuaciones del 2018, que se giraron y cobraron el año pasado 231.370 euros. Del total, 136.954 corresponden al tapiado de la finca okupada de Gascón y Gotor 1 y 94.416 euros a los trabajos en Gil Berges 3.

Para que el ayuntamiento actúe de manera forzosa el edificio debe de estar declarado como ruina. En primera instancia, el consistorio envía un requerimiento a la propiedad y, según el estado del inmueble, da un plazo de 24 o 48 horas para que actúe, en caso contrario, lo hace el ayuntamiento de forma subsidiaria.

PIGNATELLI / Durante el pasado ejercicio Urbanismo tuvo que sacar las máquinas en el entorno de Pignatelli en varias ocasiones. La actuación más polémica y sonada fue la del desmontaje de la fachada del número 78 de esta misma calle a principios de septiembre, declarada de interés medioambiental y que tanto vecinos como Apudepa requirieron que se mantuviera en pie. En este caso, se hizo con cargo al presupuesto del 2020, que dispone de una partida de 100.00 euros para este tipo de actuaciones, la misma que el año pasado.

Unos días después, Urbanismo sorprendió con la limpieza y tapiado de un «narcobloque» desalojado en el edificio del número 26 de la calle Agustina de Aragón. La factura ascendió a 22.531,40 euros, según informaron desde el área, que está pendiente de girarse, aunque no será fácil de cobrar por sus múltiples propietarios. En julio, el edificio del número 8 de la calle Estación se derrumbó parcialmente. El forjado de la primera planta se hundió sobre la planta calle. Para ejecutar la demolición, el ayuntamiento adelantó 199.795 euros. Menos costosa resultaron las obras de consolidación del muro de la fachada y subsuelo adyacente por descalce en el edificio de la calle San Martín 3, con una inversión de 8.382 euros.

La actuación que realizó en la calle Sepulcro 42 resultó mucho más laboriosa. Primero se tuvo que contratar la redacción de un proyecto de medidas de seguridad y estabilización de la fachada, que obligó a adelantar al consistorio el pago de 13.213 euros. Una vez adjudicadas las obras, por 30.471 euros, surgió la necesidad de otra contratación de emergencia para adecuar una zona donde poder sujetar el estabilizador interior, muy deteriorado y cuyo coste se elevó hasta los 22.414 euros. El total de la obra ascendió a 68.098 euros. Pero ahí no queda la cosa, porque el servicio también tuvo que actuar en la travesía del Vado número 1, donde las actuaciones supusieron un gasto de 65.197 euros.