Zaragoza se convertirá la próxima semana en capital mundial de la Física con motivo de la celebración de la Bienal de Física, un encuentro que no se celebraba en la ciudad desde 1950. «Es extremadamente ilusionante», aseguró ayer Fernando Luis Vitalla, presidente del comité científico organizador e investigador del CSIC en el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA).

El encuentro, que se desarrollará de lunes a viernes, tendrá su sede central en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza y, entre sus ejes, adquirirá cierto protagonismo el dedicado al papel de las mujeres científicas y su labor en el sector. Para ello, investigadoras de prestigio internacional asistirán a esta cita, que reunirá a más de 500 físicos y se erige como un lugar idóneo para visibilizar el trabajo femenino. «El porcentaje de mujeres participantes en la Bienal es más alto de lo habitual en este tipo de encuentros», aseguró Luis.

La brecha de género condiciona el desarrollo de las científicas en esta especialidad. «Este sector es uno de los que más diferencia entre hombres y mujeres tiene. Hay pocas físicas y en los últimos años no ha mejorado el porcentaje, al contrario, ha empeorado», apuntó Julia Herrero, profesora e investigadora del Centro Universitario de la Defensa. En este sentido, precisó que solo el 10% de las graduadas en Física el curso pasado en la Universidad de Zaragoza fueron mujeres.

Herrero también es una de las precursoras de la iniciativa 11 de febrero, que surgió en el 2017 con el fin de fomentar la vocación científica en las niñas. «A los 5 o 6 años las niñas empiezan a autoexcluirse de la ciencia y pensar que eso no es para ellas. «Creen que si sacan buenas notas es porque estudian mucho, no porque sean inteligentes. Y tampoco tienen referentes científicas que sean mujeres, todo el mundo se imagina a Einstein», reseñó.

FALTA DE CONCILIACIÓN

Durante la Bienal de Física, hombres y mujeres abordarán por qué existen tan pocas científicas y buscarán «opciones» para revertir esta situación. «Debemos hacer un esfuerzo por saber qué ocurre», dijo Herrero, quien apuntó a la falta de oportunidades o los problemas de conciliación. «Los jóvenes investigadores ya parten de unos estereotipos y tendríamos que ahondar en cómo se enseña física en los colegios. Las mujeres no aparecen en los libros de texto», aseguró la investigadora.

En cuanto a los problemas a los que se enfrentan las jóvenes científicas están también las dificultades para la conciliación familiar, la maternidad, el abordaje de la carga de trabajo o la falta de oportunidades de acceso, cada vez más «exclusivas» y, por lo tanto, «más limitadas», según explicó Herrero. «Desde el 2008 la tasa de éxito de las mujeres físicas se ha desplomado», añadió.

La Bienal de Física, que también analizará la situación de los jóvenes, pondrá de manifiesto la investigación más puntera en materiales superconductores, tecnologías cuánticas, energía y sostenibilidad o astrofísica. También se ahondará en la física médica, una vertiente con una aplicación «más social» gracias al desarrollo de nuevas terapias sanitarias, técnicas de tecnología no invasiva, tomografías, radioterapias o el concepto de la nanomedicación.