Las bodas y divorcios representaron la mitad de los nuevos actos de jurisdicción voluntaria realizados por los notarios aragoneses, tras la entrada en vigor hace cinco años de la Ley de Jurisdicción Voluntaria.

Desde entonces y hasta abril de 2020, los notarios aragoneses realizaron más de 4.000 actos de jurisdicción voluntaria, entre los que destacan los de familia, como la celebración de matrimonios, separaciones o divorcios, que suman el 52% del total.

La norma amplió las competencias de los notarios, permitiendo desjudicializar muchos asuntos que en realidad no eran propiamente litigios, según informó el Consejo General del Notariado.

A los actos con relación a la familias, les siguen los sucesorios, entre ellos, la declaración de herederos abintestato (sin testamento) de herederos colaterales y la realización del inventario antes de decidir si se acepta o se renuncia a una herencia, con el 26%. El resto se distribuye entre actos muy diversos como la conciliación o la reclamación de deudas dinerarias no contradichas.

Desde la entrada en vigor de esta ley en julio 2015 y hasta abril del 2020, los notarios aragoneses realizaron exactamente 4.012 nuevos actos de jurisdicción voluntaria, con un aumento del 47% durante el periodo de julio del 2019 a abril del 2020 con respecto al primer año completo.

El decano del Colegio Notarial de Aragón, Dámaso Cruz, explicó que esta ley ha permitido «que podamos ayudar a miles de ciudadanos y empresas aragonesas a solucionar algunos de sus situaciones y conflictos de manera más rápida y con plenas garantías jurídicas».

Desde su punto de vista, esta ley «ha liberado a los jueces de asuntos en los que su intervención no era necesaria por lo que hemos ayudado entre todos a descongestionar en cierta medida los juzgados».

CASARTE ANTES NOTARIO / Una de las novedades que introdujo la ley fue la posibilidad de casarse, separarse o divorciarse ante notario. De hecho, la celebración de matrimonios, que ha sumado 1.285, y de divorcios o separaciones, 638, aglutinó cerca de la mitad de los actos de jurisdicción voluntaria realizados en este periodo.

Más de 1.900 parejas aragonesas se dirigieron a un notario para contraer matrimonio, separarse o divorciarse, siempre que los cónyuges estén de acuerdo y no haya hijos menores a su cargo, ni personas con la capacidad modificada judicialmente.

De esta forma, la celebración de matrimonios ante notario se duplicó en la comunidad durante los casi cinco primeros años de vigor de la ley, pasando de 105 a 225.

En el caso de las separaciones o divorcios, la demanda de este acto incrementó en un 25% durante este periodo, aumentando de 85 a 106.

Respecto a los divorcios, el notario, al igual que hacía el juez, comprueba que el convenio regulador de la suspensión de la vida en común acordado por las partes se atiene a derecho y es equitativo para los dos miembros de la pareja, es decir, que no incluye aspectos que discriminen a uno de ellos, y lo incorpora y protocoliza dentro de la escritura pública de divorcio.

La declaración de herederos directos cuando no existe testamento, ascendientes, descendientes y cónyuges ha sido otro de los actos más demandados.