El contenido del futuro hospital de Teruel, que aún tardará cinco o seis años en ser una realidad, enfrentó ayer a la alcaldesa de la ciudad, la popular Emma Buj, y el consejero de Sanidad de la DGA, Sebastián Celaya. Este, recientemente, se basó en criterios de población para justificar que el servicio de radioterapia no se instale donde no viven suficientes personas como para garantizar un servicio experimentado y fiable.

Estas declaraciones desataron una respuesta airada por parte de la alcaldesa de Teruel, quien manifestó ayer que la ciudad «trabaja por tener unos servicios dignos, por lo que no nos pueden decir que, como somos pocos, cojamos el coche y nos vayamos de Teruel».

El intercambio de reproches se produce en un clima de una gran preocupación en la capital turolense, donde se han reunido ya más de 7.800 firmas en la plataforma Change.org para reclamar el servicio de radioterapia en el futuro centro sanitario, que sustituirá al actual al haberse quedado anticuado, según informó ayer Efe.

«En estos temas hay que ser todos serios y hablar con conocimiento técnico de las cosas», respondió Celaya tras tener conocimiento del punto de vista de Emma Buj. «Yo lo primero que dije cuando estuve visitando los centros de salud es que el hospital de Teruel, como muy pronto, y ojalá fuera así, estará en 5 o 6 años terminado, que los tratamientos para el cáncer están avanzando a una velocidad tremenda y que cuando esté terminado nadie sabe qué tipo de radioterapia va a existir».

Para el consejero, «la sanidad tiene servicios muy especializados, como la neurocirugía, la cirugía torácica y la radioterapia, entre otros, y que tiene que atender a unos criterios de población atendida porque, si no, pierden la calidad».

Por su parte, la alcaldesa turolense manifestó su «preocupación» por el hecho de que el Gobierno de Aragón aplique criterios de población «para cualquier inversión en asuntos como la sanidad». «Si es así», añadió, «poco menos que tenemos que apagar e irnos». «Se nos llena la boca hablando de luchar contra la despoblación, pero después, con los servicios básicos, se nos aplican criterios de población y se nos dice que, como somos pocos, cojamos el coche y nos vayamos a Zaragoza», agregó la regidora.

No obstante, Celaya trató de quitar hierro al asunto. En su opinión, no tiene mucho sentido discutir por un asunto que tardará en resolverse. «Yo creo que movilizarse ahora por un problema de dentro de cinco o seis años es jugar con las circunstancias», dijo el consejero. El futuro hospital de Teruel es causa de tirantez desde su misma concepción. Su puesta en marcha se ha visto además demorada al denunciarse el carácter sísmico de los terrenos.