Un nuevo refugio de montaña en la zona de acceso a los picos de Otal y Tendeñera vio la luz ayer con la visita de instituciones, entidades, ganaderos y montañeros que han participado en la reconversión de una antigua cabaña de pastores en este espacio para el disfrute de la naturaleza. El inmueble, que data de los años 60, constaba de una cuadra y un hogar que construyeron los vecinos de Linás de Broto, se transforma así en refugio libre de montaña. El mismo contará con unas instalaciones que permitirán dormir bajo techo hasta a diez personas, iluminación alimentada por placas solares, un comedor y agua captada de la propia lluvia.

Otro de los atractivos de este nuevo espacio, además de estar en el ámbito de los picos antes citados, es que conecta con la GR-11 que da acceso al valle de Bujaruelo. La rehabilitación integral del refugio ha sido promovida por la mancomunidad forestal de Linás, Broto y Fragen. También participaron en este proceso la Diputación de Huesca (DPH), la obra social de La Caixa, el Centro para el Desarrollo del Sobrarbe y la Ribagorza (Cedesor) y la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM). De estas instituciones y entidades acudieron representantes, entre los que se encontraba el presidente de la DPH, Miguel Gracia. En total, se han invertido 47.102 euros, un 80% de ellos a partir de los fondos Leader y el 20% restante de la obra social de La Caixa.

En esta celebración también se rindió homenaje a «aquellos pastores y personas que cuidaron de estas montañas», destacó el alcalde de Linás de Broto, Enrique Ramón.