POR

ADRIANA OLIVEROS

La CAI estuvo ayer de fiesta. Porque reinauguraba, por ampliación, su Centro de Formación de Cuarte de Huerva (Zaragoza) que desde hace 28 años brinda sabiduría a directivos de la tierra. La caja había invertido ilusión y un millón de euros para la pala y el gotelé . Y el resultado fue alabado por los invitados, empezando por el consejero Eduardo Bandrés, que fue recibido por el presidente de la CAI, Fernando Gil, el director general, Luis Calvera, su homólogo al cargo del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa de la caja (IESE), Jordi Canals, y el presi de la Junta Territorial del mismo, Joaquín Franco (hermano de Amado Franco de Ibercaja). El programa era largo, con lección magistral al canto. Como conferenciante, Canals. Y, ante él, una audiencia especializada. Ahí estaban el presi de la CREA, Julián López Babier, y el de su fundación, José Luis de Arce; el director del Centro Don Bosco, Mario Rubio; el decano de Económicas, Marco Sanso; el responsable del Banco de España, Román Bilbao; el director general de Balay, José Longás; el empresario Mariano Enériz; los directores de las teles 1, 3 y Antena Aragón, Antonio Vidal, Daniel Pérez y José Luis Campos... Y caijefazos como el de la Obra Social, Paco Río, y miembros del Consejo de Administración: el exdelegado del Gobierno, Luis Rosel, el culinario Miguel Caballú, el diputado Alfredo Sánchez, Benedicto Aineto, Emilio Burgos, Antonio Aznar, Miguel Pradel, José María Bescós... Amortizaron la conferencia. Hasta tomaron apuntes. Enfilaron la fiesta con buen interés, copeteo al 2% TAE y algún intento de OPA sobre el canapé ajeno. Un éxito. Que se bañó cava. Y vino. Y mucha agua.