La Universidad de Zaragoza va a liderar, durante los próximos cuatro años, un proyecto europeo que tiene como objetivo cartografiar el interior del cuerpo humano para disponer de un «mapa personalizado» de cada paciente y, de este modo, saber «qué hay con antelación y prevenir» actuaciones médicas.

La iniciativa, llamada EndoMapper, está dirigida por el ingeniero José María Martínez Montiel, del grupo de investigación en Robótica del Instituto de Ingeniería de Aragón (I3A). El campus aragonés dispondrá de 1,4 millones para poner en marcha un proyecto en el que también colaboran universidades de Francia y Reino Unido con una ayuda total de 3,6 millones. «El programa FET Open de la Comisión Europea ha seleccionado 53 proyectos de las 400 propuestas y, uno de ellos, está aquí. Es un orgullo», señaló la vicerrectora de Política Científica, Blanca Ros.

Martínez, por su parte, puntualizó que con EndoMapper (nombre de la idea) «se podría mostrar la ubicación exacta de un tumor previamente diagnósticado o dar instrucciones exactas para llegar al punto en el que realizar una biopsia», dijo el investigador. La fórmula para realizar esta cartografía será mediante endoscopias y, según Martínez Montiel, se podrán hacer «centenares» durante los próximos cuatro años para ver la viabilidad del proyecto.

Patología digestiva / En un principio, este se experimentará en pacientes del hospital Clínico de Zaragoza que tengan alguna patología digestiva. «Nuestra ambición es poder resolver los casos más sencillos a corto plazo mediante realidad aumentada y, a largo plazo, poder realizar endoscopias robotizadas», explicó Montiel. El equipo tomará como referencia la denominada Slam Visual, una tecnología que opera en mapas de carreteras o calles. Mediante ella cartografiarán el interior del cuerpo, generará un mapa «guardable» y en él, además, «se podrán marcar» lugares afectados o posibles tumores, si los hubiera.

La técnica podría superar una de las carencias del sistema actual de esta tecnología, que son los fallos de detección que se dan en las cavidades del cuerpo debido a la deformación de los tejidos o a las extremas condiciones de luz. «Queremos demostrar que podemos reconocer contenido a pesar de la inflamación que se produce cuando hay alguna operación o una lesión. Por su parte, el director del I3A, Ignacio Garcés, resaltó la «madurez investigadora» del centro, con más de 30 proyecto activos.