La casa azul será demoliza con la técnica de la pinza. Un enorme brazo mecánico con una cizalla será el encargado de cortar el edificio en "lonchas" horizontales piso por piso. Este es el acuerdo que tomaron ayer los vecinos del bloque 6 y 8 de la calle Justo Navarro en una reunión que comenzó a las 6 de la tarde y finalizó al filo de la medianoche.

Según el ingeniero Ignacio Bueno, se trata de una decisión que "viene dada", ya que en el estado en que quedó el edificio tras ser tragado por una enorme sima el 10 de noviembre, es la única solución que "garantiza la completa seguridad".

Esta técnica, aunque resulta más costosa que otras, permite realizar todos los trabajos desde el exterior del inmueble evitando cualquier riesgo. Un operario maneja la cizalla desde una cuadro de mandos y baja los escombros en una plataforma.

Pese a todo, sí que será necesario entrar previamente piso por piso para retirar los más de mil puntales que mantienen en pie la estructura, ya su coste asciende a 500.000 euros.

EL NUEVO EDIFICIO El inmueble que se construirá en el solar que quede estará asentado sobre un pilotaje especial de entre 30 y 40 metros de profundidad, una cimentación que lo convertirá --según el arquitecto Antonio Cebrián-- en un edificio "completamente seguro". De ejecutarse este proyecto, todavía en estudio, no sería necesario levantar tantos pilares internos como había en el anterior inmueble, lo que reduciría su coste final.

En cuanto a la altura que tendrá este edificio, el ayuntamiento confirmó ayer mismo que realizará una modificación puntual del plan de urbanismo para permitir que cuente con una altura más que el actual --ahora son cinco--. No obstante, Cebrián explicó que se estudia la posibilidad de repartir las diez viviendas de nueva construcción en dos alturas, en lugar de una, como se había planteado hasta ahora. Así, se conservaría la altura actual en la fachada de Justo Navarro para no ocasionar molestias a los vecinos de enfrente, y se levantarían dos pisos más en el lateral de la calle Galdar, donde la contrafachada da al Jalón.

El resto del edificio tendrá una composición similar a la casa azul para respetar la ubicación y proporción que tenían las viviendas de los vecinos. Unicamente habrá que realizar algunas variaciones atendiendo a la legislación vigente como son la escalera de incendios o la mejoras exigidas en el garaje. En cuanto a la distribución interna de las viviendas, Cebrián señaló que "al darse las circunstancia de que ya se conoce a los vecinos que las van a ocupar, estos tendrán la oportunidad de distribuir -dentro de la normativa-- los espacios y materiales a su gusto".