Los municipios catalanes de Alcanar y Ulldecona han reaccionado con indignación ante los trabajos previos al trasvase del Ebro que ha empezado a desarrollar el Gobierno central en el norte de Castellón y el sur de Cataluña. Unos 130 vecinos de Alcanar están afectados directamente por las expropiaciones que amenazan a fincas del Bajo Maestrazgo por donde está previsto que pase la canalización del trasvase hacia el sur, informa Silvia Berbís.

El concejal de agricultura de Alcanar, José María Sancho, explicó ayer que los propietarios han sido convocados a una reunión en Vinaroz para firmar las actas de ocupación que permitirían a las máquinas acceder a sus fincas para iniciar las obras mediante el procedimiento de expropiación forzosa, una decisión que Sancho considera "más propia del franquismo que de un Estado de derecho".

El alcalde Ricardo Bort (PSC), insistió en que el ayuntamiento planteará todos los recursos posibles para "defender a los vecinos y el derecho a la propiedad". Añadió que la mayoría de las fincas, donde se cultivan cítricos, quedarían tan afectadas que sus dueños deberían abandonar la producción. El malestar por la inminencia de los primeros trabajos ha llegado también a Ulldecona, donde la empresa Vigiconsult SA, encargada del estudio de detalle de la infraestructura, ya efectúa catas sobre el terreno.