Cientos de personas --400 según fuentes oficiales, más del doble a simple vista-- rodearon ayer el edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, secundando una convocatoria a nivel nacional para prolongar el espíritu del 22-M, las Marchas por la Dignidad y la iniciativa Rodea el Congreso. Unos 40 colectivos, que llegaron formando ocho columnas desde distintos barrios de Zaragoza, confluyeron en el paseo María Agustín para pedir "pan, trabajo, techo y servicios públicos de calidad", según sintetizó Maribel Martínez, una de las portavoces de la iniciativa.

Unidos por estas premisas básicas, y coreando lemas ya tradicionales --"lo llaman democracia y no lo es", "Gobierno dimisión, por corrupto y por ladrón", etc.--, los distintos colectivos participantes respaldaron también otras iniciativas.

Por ejemplo, las que apoya Stop Desahucios, una renta básica universal --o en su defecto un Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) sin tantas trabas--, el aborto libre o la libertad para los presos políticos del 22-M en Madrid "y en todas las protestas sociales". "En definitiva, pedimos el derechos a decidir", añadió Martínez.

La marcha tuvo un fuerte componente económico, no solo por las críticas a la última reforma tributaria del Gobierno --que a juicio de los manifestantes sigue beneficiando a las clases altas--, sino por la presencia de Adicae, la asociación de usuarios de cajas, bancos y seguros, que en esta convocatoria querían centrarse en recordar a los afectados por Afinsa y Forum Filatélico.

Como recordó Ana Solana, secretaria general de Adicae en Aragón, "han sido ocho parlamentos autonómicos, el primero el de Aragón, los que han dado apoyo a los afectados, 8.000 familias solo en Aragón, pero ni el PP ni el PSOE lo han resuelto". "Hoy pedimos una solución política --añadió--, y reivincamos que el rey Felipe VI actúe de árbitro, como ya se le pidió al rey Juan Carlos I hace ocho años".

Aunque el movimiento no olvida a los afectados por las preferentes y por las cláusulas suelo, aseguró la portavoz.