Cada año, 40 familias aragonesas podrá ser objeto de un rastreo genético que determine sus probabilidades de padecer a lo largo de su vida un cáncer de ovario o de mama, en las mujeres, y de próstata, en los varones. Gracias a las técnicas de biología molecular, el hospital Clínico de Zaragoza determinará las familias que debido a una mutación genética tienen más riesgo de desarrollar una enfermedad neoplásica.

En realidad, el Servicio de Oncología Médica viene haciéndolo desde hace cinco años, pero en colaboración con el hospital San Carlos de Madrid, que era el que realizaba los análisis. Pero a partir del verano, el Clínico dispondrá de aparataje específico y de personal para llevar a cabo estas analíticas, tal como anunciaron ayer el jefe de Oncología Médica, Alejandro Tres, y el jefe de sección del mismo servicio, Ignacio Mayordomo. La ventaja es que se reducirán considerablemente los plazos para conocer los resultados, al pasar de seis a dos meses.

En cualquier caso, en este quinquenio el hospital ha desarrollado una labor incipiente en esta materia con la consolidación de la Consulta de Prevención del Cáncer y Consejo Familiar, la única de Aragón, y que ha permitido detectar un total de nueve familias con mutaciones genéticas específicas y por tanto con un alto riesgo de desarrollar estas modalidades oncológicas, sobre un total de 53 familias a las que se les ha realizado un rastreo genético familiar.

El doctor Mayordomo señaló que una de cada ocho desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida en la población en general. Del colectivo de afectadas, entre el 90 y el 95% el cáncer será esporádico, es decir, que no se conoce el componente hereditario, y en el que puede influir factores medioambientales. el 5-10% restante será debido a mutaciones de dos genes claramente identificados con el cáncer de mama y de ovario como son el BCR1 y el BCR2. Es para este reducido colectivo para el que va dirigido el test genético familiar.

"No en todos las familias en que coinciden varios casos de cáncer son objeto de este tipo de estudio. Unicamente, aquellas en que se cumplen unos requisitos más estrictos como que haya habido casos de cáncer de ovario y de mama, casos de cáncer de mama en varón, o más de tres casos en primer y segundo grado. A partir de ahí, explicó el doctor Eduardo Polo, de Oncología Médica, a la mujer afectada por cáncer se le analiza si presenta alguna de las mutaciones de estos dos genes identificados. Si es positivo, se pasa a realizar un rastreo genético".

Por su parte, el doctor Tres matizó que ser portador de uno de estos genes mutados no implica necesariamente que se vaya a desarrollar la enfermedad, pero sí tiene más riesgo que la población en general. A estas personas, son las que se les ofrece medidas preventivas como mastectomía preventiva con reconstrucción de mama inmediata.