Las grabaciones telefónicas de la operación Molinos, causa de la que fue desgajado el asunto por el que finalmente han sido declarados culpables el exconcejal Antonio Becerril y el empresario muelano Carmelo Aured --cumple condena en Zuera por dos delitos de fraude tributario--, han resultado clave para la fundamentación del veredicto del jurado. En ellas se encuentra el grueso de las pruebas sobre los contactos entre los dos condenados. Su realización siempre ha sido cuestionada por las defensas, una de las cuales, la penalista Cristina Ruiz-Galbe, estudia si pide el amparo del Constitucional. El Tribunal Superior detectó en ellas una "irregularidad procesal".