A veces no basta con que la técnica esté muy avanzada. Hay que hacer un esfuerzo en el mantenimiento para que funcione. Esto es lo que falla precisamente en el pueblo de Castelserás. El consultorio médico está dotado de un desfibrilador y de un electrocardiograma, pero ninguna de las máquinas se puede emplear porque a la primera le faltan las pilas y la segunda tiene que ser recalibrada periódicamente.

La causa de esta situación se debe al embrollo administrativo. El mantenimiento, según el ayuntamiento, compete al Salud y, por lo tanto, no puede hacerse cargo del mismo legalmente.

El consistorio, que ha debatido el problema en una sesión plenaria, aduce que la Administración autonómica alega falta de recursos para no asumir la puesta al día de ambos aparatos. Y también que, aunque se ha ofrecido a correr con los gastos, no ha obtenido todavía respuesta por parte de la DGA.

La alcaldesa de la localidad, Ángela Montañés, ha manifestado a los medios la buena voluntad del consistorio para resolver la situación y ha subrayado que seguirá insistiendo ante el Gobierno de Aragón para arreglar el problema. La cuestión se complica todavía más si se tiene en cuenta que el desfibrilador fue adquirido por la comarca del Bajo Aragón. Esta institución considera que no es responsable del mantenimiento, con excepción de la impartición de cursos para enseñar su manejo.

Bajo Aragón Digital señaló en su edición de ayer que la Administración autonómica ha sido consultada al respecto pero que todavía no ha dado una respuesta. Asimismo, informó de que es el ayuntamiento quien sufraga los gastos que genera el local donde se halla el consultorio médico, que ascienden a unos 3.500 euros al año, si bien es el área de Sanidad del Gobierno de Aragón la que costea el personal.

Lo más curioso es que el Partido Popular, al ganar las últimas elecciones generales, se comprometió a eliminar las duplicidades entre las diferentes instancias de la Administración. Pero, pasado el tiempo, se observa que el problema sigue vigente.