La Guardia Civil ha detenido a 14 personas en Zaragoza, Cantabria, Bizkaia, Canarias, Palencia y A Coruña implicadas en la introducción de droga en las cárceles de El Dueso (Cantabria) y La Moraleja (Palencia), en el marco de la Operación Reajuste contra el tráfico de estupefacientes en la prisión. Siete son hombres (cinco naturales de España, uno de Colombia y uno de Portugal) y otras siete mujeres (cinco nacidas en España, una en Colombia y otra de Marruecos).

Esta red comenzó a operar en la prisión cántabra, en la que estaba interno en un primer momento el presunto cabecilla, que contaba con la colaboración de familiares y amigos encargados de entregar la droga a reclusos aprovechando los permisos penitenciarios, según informó la Guardia Civil.

Los agentes llegaron a esta conclusión tras centrar la sospecha en un recluso que a su regreso de permiso podría portar en el interior de su organismo algún tipo de droga, por lo que fue trasladado al hospital Marqués de Valdecilla de Santander.

Allí, durante los días que estuvo ingresado este recluso llegó a expulsar un total de 45 «bellotas» de hachís, tras lo que fue detenido. Tras esta primera detención, los agentes iniciaron la investigación y siguieron la pista del presunto cabecilla, que después de ser trasladado de la prisión de El Dueso a la de La Moraleja, continuó introduciendo droga en prisión, tras lo que fue detenido finalmente en la cárcel de Teixeiro en A Coruña.

En la operación se cortó la entrada en las cárceles de «bellotas» y «tabletas» de hachís, con un peso superior a los 600 gramos, que posteriormente podían haber sido distribuidas en pequeñas dosis.

Los familiares y amigos del presunto cabecilla de esta red eran a su vez los encargados de cobrar las deudas contraídas por algunos reclusos dentro de la prisión por la compra de droga, deuda que repercutían en los familiares de los reclusos.

La Guardia Civil averiguó que un trabajador de la prisión palentina, y encargado de impartir clases, también estaba introduciendo droga, que posteriormente era gestionada por el interno investigado. Fue con este hombre, precisamente, con el que mantenía contacto el detenido en Zaragoza.